Jornada de temores, miradas al cielo, partes meteorológicos, pero finalmente la climatología dio una tregua y permitió a las dos hermandades de Chiclana de la Frontera salir a procesionar este Martes Santo.
La primera en pisar la calle fue la Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Amor, María Santísima del Dulce Nombre y San Antonio de Padua, aunque lo hizo con algo de suspense y tres cuartos de hora más tarde según el horario inicial previsto. En efecto, la salida estaba fijada para las 16.45 horas desde la Parroquia de San Antonio de Padua, pero finalmente las puertas se abrieron a las 17.30 horas.
Abría la procesión delante de la Cruz de Guía la Agrupación Musical Sagrada Resurrección de Chiclana, mientras que el paso de misterio contó con el acompañamiento musical la Banda de Cornetas y Tambores de la Virgen de las Lágrimas de Campillos.
Y puntual a las siete de la tarde se abrían las puertas de la Iglesia de San Telmo para la salida de la Venerable Cofradía de Penitencia del Nuestro Padre Jesús de los Afligidos, María Santísima de los Desconsuelos y San Juan Evangelista, cuyo paso de misterio estuvo acompañado por la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Victoria de Arahal, Sevilla.
Una importante multitud de gente aguardaba en la calle de la Plaza para el trasiego de la cofradía chiclanera, en la que no faltaron sus tradicionales mantillas tras dos años sin poder procesionar por la pandemia.
Uno de los detalles de este año era la presencia en el paso de misterio del lienza de la Santa Faz elaborado por los residentes y trabajadores de la Residencia de Enfermos de Alzheimer Nuestra Señora de la Paz, elaborado dentro del proyecto Préstame tus manos.
