Córdoba

Investigan un posible encubrimiento policial en el crimen de Soledad Donoso

El Juzgado de Instrucción número 7 de Córdoba investiga una llamada en la que se informaba sobre la posible implicación de determinados agentes policiales en un posible encubrimiento de pruebas que apuntaban a R.C.G., imputado en el crimen de la joven Soledad Donoso, fallecida hace 21 años

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El Juzgado de Instrucción número 7 de Córdoba investiga una llamada en la que se informaba sobre la posible implicación de determinados agentes policiales en un posible encubrimiento de pruebas que apuntaban a R.C.G., imputado en el crimen de la joven Soledad Donoso, fallecida hace 21 años.

   Así lo han destacado a Europa Press fuentes cercanas a la investigación y ha adelantado este miércoles 'Diario Córdoba', que precisa que el encausado es sobrino de un policía que en esa época estaba en activo. En concreto, una persona llamó desde una cabina a un teléfono habilitado por la familia para recoger pistas. En esa llamada --efectuada en abril-- aportó nombres, apellidos y datos policiales de los agentes que pudieran estar implicados. "Ellos se encargaron de hacerlo desaparecer todo", según figura en la transcripción que obra en poder del juzgado.

   La acusación considera importante esta información ya que aporta datos concretos sobre los supuestos implicados, no accesibles a cualquier ciudadano, y esperan que la persona anónima vuelva a contactar para ofrecer más detalles. "Nos valdría un sms o una llamada anónima", señala un portavoz de la familia. El posible encubrimiento policial --que estaría prescrito-- "es algo secundario y en lo que no queremos ahondar; lo que perseguimos es procesar al imputado y sentarlo en el banquillo", añade esta fuente.

   Cabe destacar que R.C.G., que no fue interrogado en su día ni por la Policía Nacional ni por el juzgado, declaró ante la juez en abril y negó cualquier tipo de implicación en el caso.

   Soledad Donoso Toscano, de 18 años, salió de su casa en la plaza de San Pedro para ir a trabajar a una pizzería de la avenida de Barcelona en la tarde del 28 de septiembre de 1992, pero nunca llegó a su destino. Su cuerpo se encontró 14 días después en El Arenal, en proceso de descomposición, después de que un paseante avisara al 091.

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