Curioso Empedernido

Del rojo al verde

Entre anécdotas, sucedidos, dimes y diretes, vamos administrando nuestra vida de la mejor manera posible

Demasiadas veces, donde las dan las toman y pasamos de lo prohibido a lo autorizado, de lo incorrecto a lo correcto, de lo bueno a lo malo, de lo seguro a lo inconsistente, del brillo a la opacidad, de la suerte a la desgracia, de la sencillez a la pompa.

Entre lo estúpido y lo patético se mueven las buenas y las malas prácticas, las contradicciones, los picores y los escozores de quienes confunden las señales útiles que te envían los demás con las que realmente debemos tener en cuenta.

Resulta extraño que en muchas ocasiones y cada vez que terminamos, encontramos la salida que antes no se nos había ocurrido explorar, y sabemos que nos quedan muchas cosas que hacer antes que dedicarnos a lamentarnos.

Devolvemos a las sombras nuestras nostalgias y penas, y descubrimos que hay más cosas que hacer que estar lamentándose continuamente, entre apariciones y desapariciones, con distintas formas y colores.

Del rojo al verde pasando por el amarillo, vamos encontrando la combinación perfecta para conseguir nuestro gran triunfo  o llevar a cabo nuestra pequeña venganza., entre lo real y presente y lo futuro y profético. La vida nos va  enseñando a no sorprendernos de casi nada, por muy sensibles y refinados que seamos y parezcamos.

Entre anécdotas, sucedidos, dimes y diretes, vamos administrando nuestra vida de la mejor manera posible y vamos mirando la realidad como si soñáramos con un viaje inolvidable, en el que cada vez que terminábamos volvíamos a una ciudad entre real e imaginaria.

En ocasiones, es un lugar que solo existe en nuestra imaginación o a caballo entre el rojo y el verde, y no sabemos muy bien si se trata de algo inventado, que solo aparece en nuestros sueños , o quizás solo es algo supuesto e ideado literariamente para ser contado.

Debemos confiar en que quienes han de tomar grandes decisiones, serán capaces de entender y comprender la insignificancia y la grandeza del ser humano, entre la cordura y el desboque, la seguridad y el peligro.  Y en  este proceso, sean capaces de entender la complejidad del  ser humano.

Entre la gloria y el infierno, hay cosas que intentamos hacer bien o muy bien, pero que aunque nos empeñemos no podemos hacer perfectas o convertir en obsesiones destructivas. No se trata de ser unos dejados que nada nos importa, ni esclavos del perfeccionismo.

Y si queremos hacer las cosas muy bien,lo intentaremos, pero sin disparatarnos en no permitirnos ni  un solo fallo. , de tal manera que tengamos todo el día  pisándonos los  talones o echándonos el aire en la nuca a  ese ser tan angustioso que es Perfectino, sobre todo lo que debemos hacer y lo que no.

A todos nos gusta que nos sorprendan y nos emocionen, que nos alejen de las reglas establecidas aunque no lo sepamos explicar con palabras.  En esta heterodoxia, no caben los fanatismos, ni los populismos ni radicalismos, solo el equilibrio  que mantiene abierta la discusión y huye de la imposición.

Vamos penetrando en los misterios de la realidad, y en ese camino del rojo al verde, nos recreamos más en lo sustantivo que perdernos en lo adjetivo., que nos hace distintos, diferentes y contradictorios,  que canta la libertad por encima de cualquier forma de servilismo.
                          

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