Alivios y olvidos

Publicado: 18/01/2018
Decía el filósofo marxista italiano  Antonio  Gramsci “Frente al pesimismo de las razones, el optimismo de la voluntad”
Muchas veces nos cuesta expresar nuestras emociones, y en otras ocasiones tenemos que perdonar las reacciones de los demás. . Sin olvidar ni quitar importancia a la ofensa, sin renunciar a la justicia social  o dejar que repriman nuestros derechos. 

Decía el filósofo marxista italiano  Antonio  Gramsci “Frente al pesimismo de las razones, el optimismo de la voluntad”. Los años pasan y cuando pasan nos pisan, pero también nos aportan y enriquecen nuestra personalidad, y ante los problemas conocemos y sabemos más, y ante la vida combinamos angustias  y alivios con recuerdos y olvidos.

A veces pensamos que la vida es injusta con nosotros y otras que tenemos lo que nos merecemos, que estamos sumidos en una confusión o que tenemos las ideas muy claras., que dominan las sombras en lugar de los claros, que somos de la mayoría aunque en ocasiones nos encontremos en minoría o muy solos.

Entre alivios y olvidos, aspiramos a todo, incluso a las cosas más contradictorias como lo dicho por la portavoz de la CUP Anna Gabriel “Somos independentistas sin fronteras”Hay que reconocer que tras pronunciar dicha frase habrá descansado por el gran esfuerzo intelectual.

Para que perdonemos no hace falta que olvidemos. Algunas ocasiones, lo hacemos porque es mejor para nosotros, ya que si no lo hacemos nos sentimos más vulnerables ante los demás. Haydescuidos,abusos, torpezas y negligencias que nos hacen daño, pero no por eso no podemos volver a confiar en el resto del mundo.

No debemos empecinarnos en negar que hay cosas que nos hieren, sino seremos rehenes de nuestro dolor. Además esas cosas, aunque no lo queramos, nos cambian  aunque no siempre sean transformaciones en negativo sino también en positivo haciéndonos más generosos y fuertes.

Aprendemos a ver las cosas desde otra perspectiva, comprendiendo las cosas con racionalidad y después sentir compasión por quien nos ha querido hacer daño... Por eso, muchas veces cuando algo nos enfada, nos frustra o nos ofende, hemos de ignorarlo. Hemos de saber olvidar lo que nos hirió en el pasado, pero nunca lo que esa herida nos enseñó.

La mayor parte de las veces,, somos nosotros mismos los que nos creamos ataduras, condicionantes y cárceles que nos vinculan a emociones y relaciones que nos dañan .Por eso para liberarnos hemos de aprender de los fracasos , superando poco a poco retos, desafíos, obstáculos y sabiendo ser críticos.

Hemos de acostumbrarnos que en este mundo de envidiosos, cuando tenemos éxito, recibamos muchas críticas por ello. Eso, solo nos tiene que hacer pensar y preguntarnos ¿Por qué?Tal vez ellos piensen, que nosotros tenemos cosas o cualidades que ellos no tienen.

A casi todos, salvo raras y patológicas excepciones nos gusta sentirnos bien y estamos dispuestos a identificar, experimentar  y expresar nuestros sentimientos de forma sana, sin estar dispuestos a reprimir nuestros sentimientos.

Solemos identificarnos con todo lo que nos pasa y con todo lo que sentimos. Esto, lejos de lo que creamos, puede crear una sensación de inestabilidad, en la que parece que siempre dependemos de fuera. Frente a situaciones negativas, como el enfado o la ansiedad hemos de saber actuar y controlar y no ser controlados. Preferible ser líder y tomar la iniciativa a seguidor obediente y sin criterio, que acatamos sin rechistar lo que nos dicen.
                   

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