Un Barcelona bipolar, capaz de firmar una buena media hora y desaparecer después, se ha dejado parte de sus opciones ligueras en una derrota contra el Valencia (2-3), que aprovechó sus opciones en una buena segunda mitad.
Los azulgranas no perdían un partido liguero en casa desde abril de 2012, cuando lo consiguió el Real Madrid. El último encuentro perdido por el equipo catalán en casa se produjo en mayo de 2013, con la victoria en 'Champions' del Bayern de Múnich en las semifinales.
El Barça fue bipolar. Magnífico en la primera mitad y sin respuestas después. A la hora de la verdad, los azulgranas cedieron frente a un Valencia que no necesitó demasiado para sacar el partido adelante en la segunda mitad.
Y eso que con un gran velocidad de circulación de balón, coordinación en las acciones, búsqueda de segundas jugadas y muchos pases filtrados, en los primeros 30 minutos, el Barça ofreció una muestra de sus señas de identidad, las de siempre, un fútbol de toque con Leo Messi en su nueva posición, la de cerebro.
Apostó el 'Tata' Martino por Cesc en lugar de Andrés Iniesta, recién salido de una lesión, y le dio continuidad al resto en un hipotético equipo de gala sin el lesionado Neymar.
El Valencia fue de salida un equipo menor, muy parapetado atrás, con un solo punta, y los azulgranas tuvieron todo el tiempo para recrearse en las acciones. Las jugadas en corto las lideraban Xavi y Messi, Cesc jugaba en largo con Alexis y Pedro como principales receptores.
En el primer desplazamiento, Alexis estuvo a punto de batir a Diego Alves en una doble ocasión; en el segundo, el chileno marcó. Alexis capturó un centro en el segundo palo y batió al meta valencianista con un tiro parabólico en el minuto 7 (1-0).
Desde ese momento y hasta el minuto 30, los locales ofrecieron el mejor repertorio. Messi tuvo más intervención en el juego dentro del área y Alexis dispuso de la ocasión más clara en el minuto 21, en una acción en la que Diego Alves tuvo que lucirse.
El dominio del Barça era apabullante, pero con el paso de los minutos se fue desinflando y mostró su otra cara, la de equipo frágil en defensa, algo que le puede costar muy caro en el momento en el que se juega la temporada.
En el minuto 37, en una salida en falso de Valdés, Ricardo Costa remató fuera tras un saque de esquina y a un minuto para el descanso, un error de Alba, no corregido por Busquets, permitió una acción de Feghouli y una asistencia dentro del área pequeña para que Parejo empujara a la red.
Con poco, con muy poco, el Valencia empató. Los de Juan Antonio Pizzi, agazapados, dieron el 'sorpasso', pero en los primeros minutos del segundo tiempo, la sorpresa derivó en 'pelotazo'.
Un centro de Parejo, una indecisión de Víctor Valdés y de Alves, y un sorprendente remate de cabeza de Piatti, un jugador de 1,63 metros, puso patas arriba el Camp Nou (1-2, min. 51), aunque el Barça reaccionó a los tres minutos tras un dudoso penalti señalado por mano de Ricardo Costa y transformado por Messi (2-2, m.54).
El Barça tuvo una segunda oportunidad para entrar en el partido, pero le duró cinco minutos. Un desconocido equipo azulgrana, sin presión ni tensión, permitió que el Valencia, en otra jugada a la contra le diera otra estocada, esta vez definitiva.
Fue en una acción Feghouli y un centro sobre Alcácer. Con 2-3 y media hora por delante, el Barça se asomaba al abismo. A partir de ese momento, a los azulgranas se les aparecieron todos los fantasmas de un pasado que ya no recordaban. Con muchos problemas en la circulación, sin buena colocación sobre el terreno de juego, cada contraataque del Valencia era una puñalada.
Feghouli desbordó siempre que quiso y el Barça fue incrementando su nivel de tensión. Alcácer desnudó a Piqué cuando se midió en carrera con el central y el 'Tata' Martino no acababa de encontrar soluciones.
Ni la entrada de Iniesta por Xavi (min. 66) ni la de Tello por Cesc (min. 77) aportaron nada. Además todo se complicó para los locales con la expulsión a doce minutos del final de Jordi Alba por acumulación de tarjetas amarillas.
Al final Messi, en tiempo añadido, tuvo el empate en sus botas, pero no acertó. El Barça, en el primer partido grande del complicado mes de febrero, falló. Mañana puede perder ese liderato que ha mantenido durante 59 jornadas consecutivas.