Tras las dos etapas alpinas, Rigo y Carapaz mostraron diferentes argumentos para pretender terminar como delfines del defensor del título
El colombiano Rigoberto Urán y el ecuatoriano Richard Carapaz tienen en el punto de mira el podio del Tour de Francia, que afronta la segunda mitad tras superar la primera jornada de descanso.
La superioridad del esloveno Tadej Pogacar convierte en inalcanzable la lucha por la general, lo que relega al resto de los favoritos a repartirse los otros dos escalones del podio de París.
Tras las dos etapas alpinas, Rigo y Carapaz mostraron diferentes argumentos para pretender terminar como delfines del defensor del título.
El colombiano salió del primer gran macizo del Tour como tercero de la general y virtual segundo, ya que por delante tiene al australiano Ben O'Connor, que se encaramó a ese puesto por una larga escapada, pero que él mismo aseguro que no tiene ambiciones en la general.
Urán está a 5.18 del líder y tiene la experiencia necesaria para volver a estar entre los mejores al final del Tour. En 2017 fue segundo y el terreno que queda por delante le favorece.
El ciclista del EF se desenvuelve bien en la montaña, como ha demostrado en los Alpes y la víspera de que el Tour llegue a París hay una contrarreloj de 30,8 kilómetros en la que puede arañar segundos a otros rivales.
Urán ganó la crono de la pasada Vuelta a Suiza y en la primera del Tour, en Laval, logró un meritorio 13 puesto, que augura que rueda bien en esa disciplina.
Por el momento, el colombiano se ha mostrado fiel a su estilo, tratando de aguantar entre los mejores, lo que le coloca en buena situación para pretender al podio de París.
CARAPAZ AL ATAQUE
También ha sido fiel a su forma de entender el ciclismo el ecuatoriano Carapaz, ofensivo allí donde ha podido.
El ciclista del Ineos, líder indiscutible de su equipo tras la primera semana, no ha dejado ocasión de atacar a Pogacar, aunque la superioridad del esloveno ha sido patente.
Sabe que la última contrarreloj le genera desventaja, así que tendrá que seguir arañando segundos en la montaña al resto de sus rivales para poder lograr ese objetivo.
Aunque él no lo ha dicho, miembros de su equipo reconocen que el podio es su objetivo, dada la fuerza que demuestra Pogacar.
"Mantenemos la sangre fría. El rendimiento de Pogacar es fantástico, pero nunca se sabe lo que puede pasar", afirma el director del Ineos, Dave Brailsford.
Pero el gregario español Jonathan Castroviejo confesó hace unos días que los constantes ataques de Carapaz perseguían más distanciar a sus rivales por el podio que desbancar a Pogacar.
El propio ecuatoriano, que ha optado por comunicar a través de Twitter, lanza mensajes ambiguos, aunque todos cargados de esperanza sobre el futuro.
"Merecido día de descanso. Tranquilidad que mañana apretaremos tornillos de nuevo", afirmó en la primera jornada de reposo.
Tras la última jornada alpina dijo: "Primer asalto terminado, quedan dos asaltos más".
Aunque tras la crono de Laval, donde perdió 1.44 con Pogacar, aseguró que no siempre el ataque es la actitud más eficiente para ganar, por ahora no ha dejado ocasión de mostrarse ofensivo.
Brailsford recuerda que ya antes del inicio del Tour había avisado que todo era posible en esta carrera. "La primera semana ha sido una locura, que nadie piense que el guión está escrito".