Que la Semana Santa está evolucionando es un hecho constatable por muchas señales que al menos, a mí me llegan. Que las hermandades -no todas, pero sí gran parte- están también contribuyendo a esta evolución positiva es algo que también noto.
Que la Semana Santa está evolucionando es un hecho constatable por muchas señales que al menos, a mí me llegan. Que gran parte de las hermandades están también contribuyendo a esta evolución positiva es algo que también noto. Sin perder su idiosincrasia, tradiciones y formas y en ocasiones de forma muy inteligente y acertada.
La evolución se refleja también en las personas. Si no fuera por la evolución de éstas, nuestras corporaciones estarían ancladas en el pasado. Las hermandades son obra de los hombres y mujeres que la forman, que deben ser hombre y mujeres de su tiempo.
Una de las evoluciones es entender la Semana Santa, sin tabúes, como una fuente generadora de negocio para un buen número de estratos económicos y sociales. Me refiero a negocios/empresas/emprendedores de la ciudad. Y por supuesto para el motor que más y mejor nos alimenta, que no es otro que el turismo. No caben, por tanto, dimes y diretes de aquellos que se entienden guardianes de una pureza de formas que nunca existió. Quizás estos sean los mismos a los que, en tiempo pretéritos (imperfectos por supuesto), les interesaba controlar el negocio de las sillas y los palcos, las entradas del pregón u otros por el estilo, bajo el manto ricamente bordado de la exclusividad y el secretismo. Algo habría que esconder en el pollero.
Si hace años una responsable cofradiera se hubiera atrevido a salir en un medio de comunicación informando sobre un negocio -su negocio- en estrecha relación con el paso de las cofradías por la carrera oficial, quizás se hubiera tenido que marchar de la ciudad para siempre y hubiera sido tachada de a saber qué. Hoy, gracias a Dios, esto ya no sucede. Este año por un precio muy asequible y atendido por los profesionales de Aliter Cocktail puede usted disfrutar de un balcón el día que quiera de la Semana Santa. Verá desde él uno de los mayores espectáculos del mundo, como son las cofradías de Sevilla.
Sientan curiosidad, como yo la he tenido, y busquen en Google los balcones que se alquilan en la mayor parte de las fiestas de este país: fallas, sanfermines, semana santa de otras capitales... incluso para eventos puntuales como el Festival de Cine de Málaga. Por tanto, nada nuevo bajo el sol pero siempre recomendable la llegada de nuevas formas de negocio en tiempos de crisis.
Bienvenida sea esta nueva manera de hacer crecer el tejido empresarial y económico de la ciudad. Todos, absolutamente todos, sacaremos un beneficio de esto. Incluso las cofradías, no se engañen.