Griñán se va diciendo que ha hecho lo mejor por su partido. ¿No hubiera sido más sensato que hubiera hecho lo mejor por los andaluces?
Se descolgó la semana pasada con el anuncio de su no continuación en la política. Era una bomba que dejó a gran parte de los ciudadanos sin saber qué pensar. Pero a poco que los días van pasando, la situación creada por José Antonio Griñán se va aclarando (u oscureciendo, según desde el lado que se mire), no sólo en las tertulias y debates radiofónicos, sino también en la calle.
Un guiño, un gesto, una mirada invistió a Susana Díaz como su continuadora. Nada de extraño en esto, en una persona que durante estos meses que ha ocupado la cartera de la Consejería de la Presidencia ha procurado ganarse, provincia a provincia, el respaldo de todos. E incluso de los viejos: Rubiales, Caballos y otros más han apoyado públicamente a la trianera (no olvidemos que empezó en ese distrito como edil del Ayuntamiento de Sevilla) para que coja las riendas de la Comunidad Autónoma.
A Rubalcaba no le ha sentado muy bien toda esta movida del compañero Pepe. Le deja a los pies de los caballos con esas ideas soltadas por el aún presidente andaluz en la SER del “relevo generacional” y la “búsqueda de espacios” y que todos hemos oído. Ferraz debió ser un auténtico hervidero cuando Griñán se despedía: unos se frotarían las manos, otros buscarían una caja de cartón para recoger sus cosas, lo de siempre. Y Rubalcaba...
En medio de todo esto, Luis Planas que se lanza a la arena. Pero no, mire usted, no picamos. Eso huele más a candidato postizo para respaldo de Susana que a otra cosa. Y también parece que se postula el muy digital alcalde de Jun. ¿Habrá elecciones anticipadas? La pregunta ya se la responde todo el mundo: sí, sin la menor duda. Las bicefalías no son buenas.
Griñán se va diciendo que ha hecho lo mejor por su partido. ¿No hubiera sido más sensato que hubiera hecho lo mejor por los andaluces?
Pero la pregunta es si Griñán se va por lo que ha dicho o tiene información de primera mano de los edificios del Prado de San Sebastián de Sevilla. Ya saben del penúltimo número de circo: la jueza Alaya se descuelga con el auto donde imputa a una veintena de ex-altos cargos de la Consejería de Economía, en tiempos de Maleni. Sí, hombre, aquella que decía que el aeropuerto de Barajas era algo muy grande... mírelo en Youtube, verá como se acuerda.
Todo apunta a que vamos a tener un fin de fiesta con fuegos artificiales. Una inmensa traca en la que la jueza puede hacer saltar nuevos petardos rotulados con el nombre de Griñán (y de Viera y de otros más). Nos espera un otoño caliente.