Ya lo saben ustedes: 130 presos, entre terroristas y delincuentes comunes muy conocidos por sus crímenes como el “violador del ascensor” o Miguel Ricart Tárrega, condenado por el triple crimen de las niñas de Alcàsser,podrán obtener la libertad gracias a la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. La noticia, aunque en cierto modo esperada, nos dejaba a todos de una forma u otra sorprendidos el pasado lunes.
Si difícil es asumir esta situación por la mayor parte de la sociedad y muy especialmente tanto por las familias de las víctimas de atentados terroristas como por las de víctimas de tremendos crímenes que zamarrearon a la sociedad (tipo Alcasser), más incomprensible es aún que la misma sea dictada por un Tribunal que viene a llamarse de Derechos Humanos.
Echo de menos la opinión en todo esto de personas como Ortega Lara. ¿Acaso no se violaron los derechos humanos en su largo cautiverio?
El gobierno y la justicia en España deben tener altura de miras, así lo ha dicho María del Mar Blanco. Y esa altura de miras no debe ser únicamente que cada caso sea estudiado de forma individual, que menos que eso. Si la justicia -con minúsculas- es capaz de crear situaciones de este tipo en las que nos hace pensar que sus balanzas no están lo suficientemente compensadas, que menos que cada uno de estos casos madure el tiempo necesario en las mesas de los despachos de la Audiencia Nacional antes de dictar cualquier resolución.
El mismo lunes escuchaba en la radio cómo se fijan juicios para cobro de indemnizaciones por despidosimprocedentes para el año 2016. Cierto es que, a pesar de que yo no sea jurista, nada tienen que ver unos casos con otros, pero me malicio en pensar que en fondo de todo esto lo que está es la justicia. Pues bien, que la Audiencia Nacional no tenga prisas para resolver y que madure convenientemente las resoluciones que tengan que dictarante la avalancha de recursos que se van a presentar. Esto no es cosa de dos días. Esto debe llevarse su tiempo y si los futuros excarcelados tienen que aguardar entre rejas un tiempo no inferior a los dos o tres años hasta que se revise su condena, pues mala suerte. Existe en este momento en España un importante atasco judicial ymuchas familias malviven con unos ingresos paupérrimos, estando a la espera de una resolución para poder cobrar lo que verdaderamente han ganado con su trabajo.
Y si esto no les parece bien, que Estrasburgo diga lo que le venga en gana. Por cierto... ¿cómo se llamaba el tribunal? ¿De derechos humanos?