Aunque muchos de ustedes estén en El Rocío (quizás esta recomendación, por tanto, les sirva para poco) y otros de ustedes tengan que trabajar; aunque usted dedique el domingo a su familia, noble ocupación si el trabajo le desborda durante la semana; si por el contrario lo dedica a la tranquilidad, la lectura o a escuchar buena música… Cualquiera que sea su ocupación habitual, que no excusa, los domingos de cada semana, me tomo la libertad de entrar en su agenda y casi en su vida personal para rogarle -muy encarecidamente- que este próximo domingo no deje de emplear sólo un pequeño espacio de tiempo del día en ser partícipe de la fiesta de la democracia.
Por favor, vaya a votar. Su colegio electoral está ahí mismo, muy cerca de su casa. Y el amplio horario en que el mismo está abierto le proporcionan una sana comodidad para ejercer su derecho al voto.
Este domingo en nuestra comunidad autónoma (más autónoma que nunca porque sigue sin gobierno firme) elegiremos a los alcaldes de todos los municipios. Usted, con su voto, decidirá quién le va a gobernar durante los próximos cuatro años. Su voto es importante, ya que se trata de la política más cercana que tiene. Su ayuntamiento es el que velará, entre otras cosas, por su seguridad más inmediata, por sus fiestas locales, por el acerado de sus calles y por los dineros de su ciudad. Por eso es importante que no falte a la cita.
Sí, es posible que quizás está usted un poco asqueado de elegir a una opción, que casualmente sea la lista más votada, y que por designios del arte de la política esa lista elegida por usted termine sin gobernar, ya que los pactos ponen al frente de su ciudad a quienes no lograron la mayoría. Pero tendrá que vivir con esto, porque son cosas que pasan y que no tienen arreglo.
Lo importante de todo es que usted introduzca la papeleta en la urna. Ya sea con las siglas de un partido o en blanco. Por cierto ¿sabe usted que si no va a votar en realidad le está entregando indirectamente su voto a alguien? Por ese motivo, le conmino a que acuda a la urna. Y sobre todo porque ha de tener la tranquilidad de que, salga quien salga elegido con mayoría o con pactos, usted tendrá el derecho a exigir que se cumplan los programas propuestos en la campaña (risas en off…). Al menos, consuélese con el seguro pataleo que le proporciona la democracia. Aunque esto podrá hacerlo vote o no vote. Pero le aseguro que votando, sus quejas están moralmente más fundamentadas.
Hágame caso y vote. Nunca se equivocará.
