El Puerto

El incivismo del botellón se ceba con el paseo José Luis Tejada

Amanece lleno de bolsas y restos de botellas

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  • Así amanece el paseo.

El área de Medio Ambiente denuncia el estado en el que amanece el paseo José Luis Tejada, único espacio en el que se permite el botellón, todos los fines de semana. Las bolsas y los restos de los botellones y la actividad de la noche quedan esparcidos por todo el espacio, pues los jóvenes no recogen aquello que vierten al suelo.

Por ello la mayor parte de los efectivos que se destina a la limpieza del fin de semana se tienen que desplazar hacia la zona citada, así desde el área de Medio Ambiente se aclara que la ciudad no está sucia, sino que se tienen que hacer verdaderos esfuerzos para poder mantener este espacio totalmente habilitado, pues cabe recordar que de día es un lugar muy frecuentado por las familias que desean pasear.

Por ello indican que, hay que tener en cuenta la merma que sufre el servicio por los ajustes económicos que se han tenido que hacer, así como la falta de rendimiento o el absentismo de algunos operarios, a lo que hay que sumar el incivismo y la falta de educación que demuestran los jóvenes.

Al final estas actuaciones contraproducentes perjudican a otros espacios de la ciudad a los que no se puede atender como se merecen. Es necesario cuidar el patrimonio de todos, inciden.

¿Prohibir el botellón por falta de educación?

 Ahora el debate se instala en la calle. Y preguntados por esta cuestión, hasta los propios jóvenes, algunos, opinan que, si los mismos participantes no entienden que hay que cumplir ciertas normas, que no están escritas pero que se deben corresponder con la educación y el respeto a lo que es de todos, al mobiliario urbano y los jardines y parques, habrá que prohibir este tipo de prácticas y reuniones en la calle.

Y “aunque paguen justos por pecadores, cuando nos quedemos sin botellón, sobre todo en verano que apetece estas al fresquito hablando con tus amigos en un espacio abierto donde la conversación es posible, lo que no ocurre en una discoteca, nos daremos cuenta, porque somos unos guarros. No nos concienciamos de que estamos en un espacio público, y si lo encontramos limpio, tendremos que dejarlo medianamente decente”, explica Sonia Castro.

Más radicales se muestran los adultos, que entienden que, de prohibir el botellón, se acabaría no sólo con un foco de infecciones en un lugar que sirve de “estercolero, porque parece que traen mierda de sus casas para echarlas en el paseo”, sino que “así aprenderían a ganarse lo que se les da en bandeja y nunca saben apreciar”.

El debate se recrudece debido a las últimas noticias llegadas de Jerez, con la muerte de un joven a manos de otro. Consideran que el botellódromo no tiene consecuencias positivas.

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