El Puerto

El valor de la competición

Graduado en CC . de la Actividad Física y del Deporte.

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Este no es el típico artículo denunciando la deplorable actitud de cuerpo técnico y/o hinchada de cualquier deporte. Este es un artículo denunciándote a ti. Si, a ti que me lees todos los días. Se están dando muchos casos donde el deporte se convierte en un elemento opresivo sobre el joven deportista potenciando solamente el rendimiento deportivo y no el valor de la competición, provocando frustración personal y el consecuente abandono.

Hemos tenido el valor de hacer que nuestros jóvenes deportistas compitan aún a sabiendas de que les provocamos estrés, promovemos la violencia, realizamos entrenamientos con un alto nivel de exigencia donde no perdonamos los fallos que pueda haber, etc.

Pero, entonces, ¿por qué dejamos que compitan? Yo os respondo. Adquirir el valor de la competición es fundamental pues en ella radica el deseo de mejorar, de probarse a uno mismo y frente al resto, respetar las normas y a los que velan por su cumplimiento.

A través de una competición educativa y motivante se valora el esfuerzo en cada entrenamiento y partido en la búsqueda de la excelencia, el perfeccionamiento, la perseverancia, el sacrificio, la cooperación y trabajo en equipo, etc.

Somos nosotros, queridos lectores, los que no tenemos el valor de la competición puesto que no tenemos el valor para llamar la atención o expulsar de un club al entrenador que insulta o reprime a gritos a un jugador o al propio árbitro; al padre, madre o familiar que firma unas normas de convivencia donde se le insta a tener VALOR para competir y a la vez ingresar mensualmente una cuota para el disfrute de su joven deportista, al preparador físico que no se sienta en el banquillo e insta a la violencia a los jugadores de su equipo, etc. Son algunos ejemplos de lo que se ha visto y por desgracia se está viendo y se verá. ¿Soluciones? Las desconozco.

De lo que estoy prácticamente seguro es que si fuéramos jóvenes deportistas, no nos gustaría que esto sucediera.

Punto y final a padres que piensan que su joven deportista llegará lejos, punto y final a cuerpos técnicos que se creen en la élite, punto y final a directivos y clubes que se hacen los suecos ante tales injusticias.
En definitiva, punto y final a nosotros.
Mucha suerte.

eugenio.pedregal93@gmail.com

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