La tribuna de El Puerto

Las obras, un quebradero de cabeza

El Ayuntamiento debe buscar una mejor salida y gestión tanto de la información como la comodidad y seguridad de los vecinos ante las obras

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La máxima de una ciudad, y por ende de un Ayuntamiento, es encontrar el bienestar de sus vecinos como elemento básico y general. En demasiadas ocasiones estos sufren la falta de mantenimiento y la dejadez institucional en arreglar y acondicionar los más elementales servicios municipales, y cuando por fin se acometen las supuestas mejoras llega otro gran inconveniente, convivir con las obras.

Éstas pocas veces son acogidas con pleitesía y unanimidad. Alargar las mismas por cuestiones imprevistas, la reorganización del tráfico y las molestias típicas del ruido y la incomodidad no encuentran en la mayoría de las ocasiones la comprensión de los ciudadanos que ven en éstas un inconveniente más que una solución a sus males.

El Puerto se prepara, y de ahí la preocupación, para abordar varios proyectos de suficiente calado como para que las previsiones no sean nada halagüeñas, después de comprobar como “simples” asfaltados o mejoras en el pavimento, resultan toda una odisea para el ciudadano y más para el sufrido conductor.

Las quejas de los vecinos de Crevillet y Camino de los Enamorados constatan que siempre se puede hacer mejor y buscar otras alternativas que palien unas obras, que por muy necesarias que resulten, dificultan el día a día por su incomodidad y por su incomprensión vecinal ante lo que entienden que no ha habido ni una triste consulta ni un ofrecimiento ni en explicar ni en cuestionar unas obras que son un quebradero de cabeza.

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