El destino que le ha deparado a la Plaza de Toros de El Puerto en estos últimos tiempos ha sido indigno por su dilatada historia, desastroso por su gestión comercial y calamitoso por su opacidad política. Empezando por el pliego de condiciones que debió rehacerse para “adaptarlo” -tarde y mal- a las nuevas exigencias y la negligente forma de actuación en la dirección municipal, con meses y meses perdidos que pudieran ser cruciales para intentar salvar una temporada veraniega y una deriva preocupante.
Ahora a prisa y corriendo se juega en su cuenta atrás particular un mes para salvar o intentar auxiliar el prestigio y parte de la temporada estival.
El coso portuense, en su grandiosidad, le ha dado la espalda por igual a taurinos y a espectáculos. Les ha cerrado literalmente las puertas. Mientras en poblaciones cercanas otro año más programan eventos atractivos para deleite de propios y visitantes con meses de antelación, la Plaza de Toros continúa en el debate peligroso de no saber a qué atenerse.
El monumento más visitado de la provincia de Cádiz, la Plaza de Toros de El Puerto, afronta ahora en pleno mes de mayo la diatriba de realizar y acometer obras “urgentes en su estructuras” para paliar y redimir el curso. La torpe campaña de comunicación ha topado con que las grietas anunciadas en otoño, han resquebrajado, ahora, la urgencia con la que se encamina para abrir de nuevo sus alicaídas puertas.
Tal y como ya anunciamos en estas mismas páginas días pasados, el anuncio de las mismas llegó el pasado mes de septiembre. Un tiempo perdido que se presume de vital importancia para que hubiera dado tiempo más que suficiente para acometer dichas mejoras y se hubiera previsto con calma y con cautela los festejos de Feria (la que se va a incumplir por contrato al estar recogido en el pliego de condiciones) y todas las actividades que se hubieran podido celebrar en un verano en cuarentena.
Descrédito
El hartazgo y la falta de credibilidad reinan ahora en el sector taurino que sopesa tomar medidas legales contra los responsables del actual desaguisado creado. La Tertulia Taurina El Monasterio ha suspendido su tradicional pregón taurino, el que anunciaba el inicio de temporada “por la incertidumbre generada en torno a la celebración de la próxima temporada taurina”, haciéndose eco de las declaraciones del empresario taurino Juan Reverte a los medios de comunicación, afirmando que “se nos han roto todos los proyectos y las ilusiones para El Puerto para devolverle ese caché y prestigio que siempre ha tenido…”.
Ahora, ocho meses después de conocerse sus necesidades, se firma el decreto de ejecución de unas obras que deben acometerse en la zona de las taquillas y las caballerizas. Según avanzan todo se centra en dos pilares que deberán ser sustituidos y todo ello con un mes de trabajo.
Al menos, el que supervisará todo ello es el experto ingeniero jerezano Juan Carlos Galán, gran conocedor por cierto del coso al ser el autor y el director de la reforma de la Real Plaza de Toros. Anteriormente también intervino en mejoras realizadas años atrás y coincidiendo con el empresario Serolo cuando éste explotaba el recinto.