No cuesta mucho encontrar a un portuense que siga sin conocer siquiera que la ciudad cuenta con una radio, mucho menos que ésta sea municipal. Hace tiempo que El Puerto perdió ese vínculo que mantenía con su emisora, como medio referente y cercano. Hace ya muchos años de ello, y es una auténtica pena por la labor de los auténticos profesionales que se dejaron el alma, sus ilusiones y su tiempo en relanzar una radio que no es ni la sombra de lo que fue ni de la función con la que se creó.
A vueltas con la renuncia-despido del que hasta entonces mantenía el hilo de la otrora radio, el inigualable, irrepetible y grandioso Fernando Durán, la polémica no cesa por las formas y por las maneras que se ha tenido de enfocar la cuestión.
Si todo es dinero y mantenimiento, cuesta entender cómo, precisamente, tiene en nómina a más directivos que asalariados. O no, partiendo de esa premisa, se explica bien solito la diatriba que el medio (o lo que ya resulta) va tomando. Hablan de cierre. De ello ya se masculla desde que se convirtió en municipal. De nada ha valido que sus colaboradores le pusieran más cariño y más profesionalidad de los que dicen abanderar una radio para todos.
Radio Puerto, la municipal -no confundir con la auténtica y genuina-, ha sido y seguirá convirtiéndose hasta su final en un medio (no de comunicación) en manos de cualquiera. Ya el anterior Gobierno local también mangoneó en darle su cuota política. Incluso la radio tuvo vídeos, los suyos, claro está.
Todo un disparate a la vista de todos. Ahora se le da un nuevo giro de tuercas y se ‘carga’ a la voz que templaba y justificaba su emisión. ¿Y ahora? Sigue sin ser rentable y sin respetar a todo aquel que quiera o tenga la intención de aportar. Todo es interés. Todo está politizado. Siempre la estuvo mientras fue municipal e incluso vetando a políticos díscolos. Su futuro está escrito, lo oímos cada día. Radio Macuto.
