Escrito en el metro

Súbita Mar

Desengáñese, a mitad de siglo serán más de doscientos mil los españoles expuestos a vivir entre las olas de un mar enfurecido por las agresiones humanas

Publicado: 13/11/2019 ·
16:22
· Actualizado: 13/11/2019 · 16:24
Autor

Salvo Tierra

Salvo Tierra es profesor de la UMA donde imparte materias referidas al Medio Ambiente y la Ordenación Territorial

Escrito en el metro

Observaciones de la vida cotidiana en el metro, con la Naturaleza como referencia y su traslación a política, sociedad y economía

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Tendrán que llegar las olas hasta la orilla de nuestra cama para entonces aceptar que el nivel de mar está subiendo demasiado rápido, y hasta que al levantarnos no nos mojemos los pies seguiremos pasmarotes pensando que esto es cosa de otros. El informe de Climate Central es ya más alarmante que alarmista. Sus datos revelan que la vulnerabilidad de las poblaciones por la subida del mar y por inundaciones costeras se ha triplicado en menos de una década. Año tras año la mar sube casi ocho centímetros a nivel global, debido al deshielo de glaciares por el calentamiento global y a la expansión del agua marina por el calentamiento de los océanos. Para finales de siglo cerca de doscientos millones de personas en el planeta estarán amenazadas de vivir por debajo de las mareas altas. Pero si piensa que esto no va con usted, desengáñese, a mitad de siglo serán más de doscientos mil los españoles expuestos a vivir entre las olas de un mar enfurecido por las agresiones humanas. Mientras en Andalucía veinte de sus ciudades más pobladas estarán bajo el yugo cada año de unaimprevisiblecatástrofe marina. La Costa malagueña, y en especial el bajo Guadalhorce, es especialmente vulnerable a la inundación por subida del nivel del mar. En un rápido cálculo hacía 2050, si se tiene en cuenta las posibles expansiones urbanísticas, más de treinta mil personas en nuestra provincia vivirán en zonas de alta vulnerabilidad, con graves consecuencias para sectores tan importantes como el turístico o el agrícola, améndel residencial y el de las infraestructuras.

Nada mejor en estos momentos que repensar el poema sobre la cobardía y la inactividad deNiemöller. Entonaremos entonces,  que primero naufragaron en el Pacífico, y yo no hice nada, porque yo no vivía allí. Luego les tocó a las costas de África, y yo no hice nada, porque yo no era africano. Luego le tocó a la Costa Cantábrica, y yo no hice nada, porque yo no era cántabro. Luego me tocó a mí, y no quedó nadie para hablar por mí. El Ángel del Mar decía que no hay nada tan terrible como la súbita Mar.

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