Los andalucistas denuncian que “casi a la altura del cruce con la calle Ficus, una lengua enorme de tierra ha invadido la calzada, cortando el tráfico rodado y amenazando con llegar hasta el muro de la vivienda más cercana”.
Desde el PA se critica que “en este tramo son más de 10 años los que los vecinos vienen observando el avance lento de la tierra, que no tiene ningún freno para avanzar, aunque ningún año tan peligroso como este. Los vecinos afectados han intentado en varias ocasiones obtener respuesta del Ayuntamiento, sin embargo nadie les comunica las posibles soluciones”.
Los andalucistas aclaran que “los vecinos están preocupados por el avance de la tierra que amenaza, en un corto espacio de tiempo, con llegar hasta la pared de la vivienda más cercana. También les preocupa la cercanía del depósito de agua potable que corona el cerro al tramo de inicio del desprendimiento de tierra”.
Respuesta municipal
Por su parte, el concejal delegado de Obras y Servicios, Javier Grimaldi, rechazó ayer las críticas y aseguró que “no existe peligro alguno para los vecinos de la zona”. Grimaldi destacó que técnicos del Ayuntamiento han realizado un informe donde se refleja que la tierra desprendida es la que aguanta el talud.
Según el edil, “ahora hay que esperar a que seque la tierra y luego se intervendrá. Si ahora quitamos toda la tierra no se asegura que el talud vuelva a ceder. La calle se ha cortado por el barro pero el talud no se mueve y eso es lo importante. Mover la tierra lo único que conseguirá es que el talud cediera”.
Por ello Grimaldi, tachó al PA “de crear alarma social entre los vecinos ya que no va a llegar la tierra hasta sus casas porque seguimos las indicaciones de los técnicos”. El edil lamentó que el PA “haga una oposición alarmista y busque crear el miedo. La normativa es muy exigente para la construcción de depósitos de aguas. Antes de construirse se elaboraron estudios geotécnicos muy exigentes y el suelo es suficientemente estable. Por ello los vecinos no deben preocuparse y el PA tampoco”.
