La ceremonia en la que el conservador Piñera, de 60 años, fue investido como el trigésimo octavo presidente de Chile se celebró en el Salón de Honor del Congreso chileno, en el puerto de Valparaíso, a 125 kilómetros al noroeste de Santiago.
El nuevo mandatario chileno recibió la banda presidencial que durante cuatro años ostentó la socialista Michelle Bachelet de manos del presidente del Senado, Jorge Pizarro, mientras se sucedían las réplicas del terremoto.
En un periodo de 27 minutos tres fuertes seísmos, de 6,9, 6,7 y 5,9 grados de magnitud en la escala de Richter sacudieron el centro y sur de Chile y mostraron rostros de preocupación entre los asistentes a la investidura, algunos de los cuales incluso amagaron con levantarse y salir.
La presidenta saliente, Michelle Bachelet, caminó hasta su puesto mientras el suelo y el edificio eran sacudidos, pero se mantuvo firme.
En su primera medida tras tomar posesión, Piñera declaró el estado de catástrofe en la región de O’Higgins, en cuya costa se localizó el seísmo de 6,9 grados de ayer, y ordenó desplazar allí a las Fuerzas Armadas para garantizar la seguridad ciudadana.
ALERTA DE TSUNAMI
Poco después de registrarse el terremoto, la Armada emitió una alerta de tsunami y recomendó a la población de las localidades costeras que se dirigiera a lugares en altura entre las regiones de Coquimbo, a 500 kilómetros al norte de la capital, y Los Lagos, a 1.000 kilómetros al sur de Santiago de Chile.
En la capital chilena, el palacio presidencial de La Moneda fue evacuado debido a la caída de cornisas.
En Valparaíso, agentes de Carabineros (policía militarizada) recorrieron las calles avisando a los habitantes que se dirigieran a la parte alta de la ciudad, y también el Congreso fue evacuado como medida preventiva una vez finalizada la investidura del nuevo presidente.
Sin embargo, los movimientos telúricos no interrumpieron la toma de posesión de Piñera.
La ceremonia, que empezó a las 12.00 hora local (15.00 GMT), dio comienzo con la entrada al Congreso Nacional de Michelle Bachelet, que entregó la banda presidencial a Jorge Pizarro, que poco antes había asumido como nuevo presidente del Senado.
Con anterioridad, el Senado celebró la sesión de instalación para el nuevo período legislativo en la que los 18 senadores elegidos el 13 de diciembre juraron sus cargos, al igual que hicieron los 120 parlamentarios de la nueva Cámara de Diputados.
Antes de su investidura, Piñera saludó a los jefes de Estado y personalidades invitadas, entre ellas los presidentes de Perú, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Argentina, Colombia y Bolivia, así como el heredero de la Corona española, el príncipe Felipe de Borbón.
“Sí, juro”, respondió Piñera cuando Pizarro le tomó el juramento de rigor, y, acto seguido, la ahora ex presidenta Bachelet abandonó el salón, acompañada de sus ministros, en medio de una gran ovación.
Después de escuchar el himno nacional, Piñera tomó juramento a los veintidós miembros de su gabinete ministerial, entre los que figuran numerosos independientes que han desarrollado su labor en la empresa privado y sólo ocho son militantes de partidos de derecha.
Tras esta breve ceremonia, el presidente del Senado levantó la sesión y Piñera, junto a la primera dama, Cecilia Morel, abandonaron el Congreso y se subieron a un automóvil descapotable para trasladarse al palacio presidencial de Cerro Castillo.