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España

Como la falsa moneda

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Ya lo dijo María San Gil, que Zapatero había permitido la vuelta de la ETA  a los ayuntamientos. Y también podría decir ahora que Zapatero se empeña en arreglar paso a paso, y gota a gota, la fechoría que ayudado de la Fiscalía del Estado perpetró sin ningún tipo de reacción alérgica a la ética y la estética. Por no hablar de la conciencia, palabra de oscuros significados para nuestro presidente. Claro que María San Gil no está. Pero como Dios aprieta pero no ahoga, eso dicen, aún nos queda Rosa Díez, que ha decidido colgarse a sus espaldas todo el peso de la oposición que el Partido Popular ni sabe cómo ni sabe cuándo. Porque el problema del PSOE a la hora de hablar de política antiterrorista es que tiene de todo menos credibilidad. En esto, a día de hoy, igual que el PP. ¡Quién lo iba a decir hace apenas pocos meses! Porque el Partido Popular no es ya el partido de María San Gil, sino el de Olaryazabal y Alonso; porque el Partido Popular ya no es el partido de Ortega Lara, sino el de Mariano Rajoy.  Y esto quiere decir que Alonso apuñaló a María para ofrecer como alternativa una política pop, que consiste en hablar con los del PNV que no son tan malos y ofrecer conciertos acústicos en los mítines. Debe de ser una táctica para que la gente, por lo menos, vayan a oír música, porque para oír lo que tienen que contarnos a estas alturas del partido Basagoiti, que ese cada día dice una cosa, o Alonso, para eso hay sitios mejores a donde ir. Pero dejando estrategias estéticas,–porque la ética ni la conocen– a un lado, este día 16 en el Parlamento pasó algo muy grave, que ilustra hasta qué punto la descomposición del PP es un proceso cuánto menos en marcha. Y es que una sola diputada, llamada Rosa Díez, tiró de todo un partido con 153 diputados, bueno, algunos menos, porque Rajoy, por ejemplo, no estaba en este debate sobre ANV. Qué duda cabe que el líder del PP tendría cosas mejores que hacer. O quizás será porque mientras Mariano estaba por la mañana contentísimo con la política antiterrorista de Zapatero, por la tarde su partido votaba en contra. Dinos Mariano, quien te vote, ¿a quién vota, al Mariano de la mañana, o al Mariano de la tarde? Y así, mientras volvía a casa sonaba de fondo una copla que decía: "Gitana que tú serás como la falsa moneda que de mano en mano va y ninguno se la queda… que de mano en mano va y ninguno se la queda". Dio una fuerte calada al puro y siguió leyendo el Marca, que es lo que importaba.

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