El Centro Nacional para la Prevención de Desastres elevó ayer por la mañana a 66 el número de personas que murieron cuando la tormenta tropical Nock-Ten recorrió el norte del archipiélago la semana pasada, para salir el jueves.
Luego entró y causó la muerte de otras cuatro personas el tifón Muifa, que afecta al país desde el jueves con vientos sostenidos de 175 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 210 kilómetros por hora, según datos del citado organismo.
Las últimas víctimas son nueve pescadores hallados en la provincia de Masbate, este Filipinas, tras naufragar su embarcación y que estaban desaparecidos desde el pasado miércoles.
Un total de 969.612 personas han abandonado sus casas por las inundaciones y corrimientos de tierra causados por las lluvias, y alrededor de 350.000 personas siguen refugiadas en alguno de los centros de evacuación dispuestos por las autoridades.
La mayoría de las víctimas mortales perecieron ahogadas, sepultadas por desprendimientos de tierra, electrocutadas o golpeadas por postes o árboles derribados por el vendaval. Una gran parte de los desaparecidos son pescadores que salieron a faenar pese a las advertencias.