Inaugurada la exposición 'Figuras de la abstracción. Colección Cajasol'
Una exposición en la que se recogen obras significativas de generaciones pioneras de la creación abstracta en Andalucía reflejan el cambio social que acompañó al despertar del panorama artístico y cómo el movimiento moderno se hizo un hueco en el tradicional entramado sevillano y andaluz.
La muestra Figuras de la abstracción. Colección Cajasol, que ha sido inaugurada hoy en Coria del Río (Sevilla) por la consejera de la Presidencia, Mar Moreno, reúne a los autores más importantes de esta vanguardia artística en Andalucía.
Con un total de catorce piezas pictóricas de diferentes técnicas, como óleo, collage o acrílico, la exposición está abierta desde hoy y se podrá visitar hasta el 11 de diciembre en el Museo de la Autonomía de esta localidad sevillana, fruto de la colaboración llevada a cabo entre el Centro de Estudios Andaluces y la Fundación Cajasol.
En la propuesta expositiva se recogen las dos primeras generaciones de creadores andaluces que, desde mediados de los años sesenta, comenzaron a desarrollar en Sevilla su trabajo en este ámbito.
Moreno ha indicado que la muestra demuestra "la evolución que tuvo el arte en Andalucía" y cómo, además de producirse una evolución política y una apertura general, "también se producía un paso de la tradición a la vanguardia" en Andalucía".
Se incluyen obras pioneras de Juan Suárez, José Ramón Sierra, Gerardo Delgado, José Soto y Manuel Salinas, que trascienden el panorama local hasta alcanzar cotas de repercusión nacional e internacional.
Además, también se pueden observar obras de generaciones posteriores que dan continuidad a esta línea de trabajo iniciada en los años sesenta, de artistas como José María Bermejo o Ignacio Tovar.
La muestra combina varias etapas históricas dentro del movimiento de la abstracción, cuyo inicio lo sitúa el autor del catálogo de la muestra, José Yñiguez, en 1967, cuando galerías como La Pasarela o Juana de Aizpuru abrieron exposiciones que revolucionaron un panorama hasta el momento anclado en cánones academicistas.
Según Yñiguez, hace cuarenta años el arte tenía más influencia en la imagen de la ciudad y "estaba controlado por la academia", mientras que la vanguardia y, sobre todo la abstracción, se consideraban como obras "que mataban al verdadero arte".
A pesar de la imagen "ruralizada y con escasa sociedad civil" de Sevilla en los sesenta, surgen actitudes que rompen con este canon, como por ejemplo la labor impulsada por las primeras galerías de arte y otras iniciativas como la puesta en marcha de un Museo de Arte Contemporáneo.
Esta corriente supuso una "época esperanzadora" para la renovación plástica de la ciudad, dando luz a las primeras generaciones de creadores abstractos que, aunque "no tenían una opción estilística precisa ni un programa a cumplir", sí estaban unidos por "una vocación de compromiso con la modernidad y con la renovación constante de la creación artística", apunta Yñiguez.