Con una audiencia muy superior a la intervención del pasado año 2007, allá por el mes de marzo, e incluso mayor aún que la que registrara el 19 de abril de ese mismo año el líder de la oposición, Mariano Rajoy, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reunió en la noche del lunes una audiencia media superior a los 6,4 millones de espectadores en su segunda intervención en el programa ‘Tengo una pregunta para usted’. Hasta 14 millones de españoles pasaron alguna vez durante la noche por el programa de la televisión pública española, lo que da idea del interés que genera entre la población lo que pueda decir en estos momentos el jefe del ejecutivo nacional. Y es que en época de crisis, como la que actualmente se vive, los ciudadanos han demostrado que quieren respuestas, que necesitan más que nunca a sus administraciones para que les ayude a ver el futuro más claro, aunque al final sólo consigan tener la misma sensación de que la situación no mejorará hasta que las circunstancias internacionales, por un lado, y nacionales, por otro, se confabulen para comenzar a superar el bache económico por el que se pasa. De hecho, las 51 mujeres y los 49 hombres que participaron en el programa lanzando sus preguntas al presidente reconocieron al final del mismo que se sentían ilusionados por haber logrado exponer sus preocupaciones a Zapatero, pero que sus respuestas no revelaron ninguna nueva medida anticrisis, ni fueron novedosas; más bien, todo lo que se dijo en la entrevista fue bastante previsible. ZP tenía muy bien preparado su guión y logró bandear el verdadero temporal de cuestiones que se le vino encima el lunes con una dialéctica medida al milímetro y sin necesidad de extralimitarse de sus argumentos preconcebidos. Y es que tampoco le hizo falta, porque Zapatero se encontró ante unos ciudadanos que no se mostraron tan preocupados por lo que políticamente se pudo o no prever en torno a la crisis, sino por el aumento del desempleo y sus consecuencias sociales. Otro ejemplo más de la diferencia entre el debate político y la preocupación ciudadana.