Este democristiano, de 50 años, ha aceptado como un “mandato de servicio” presentarse a la Secretaría, convencido de que no era el momento de la división o de rupturas, ni de volver hacia atrás con elecciones primarias, sino de afrontar la reforma del partido y llevarlo hasta el congreso de octubre próximo, el primero del PD.
Su idea, según dijo ayer, es dirigir el PD hasta el congreso y que éste elija después a la persona que debe medirse en las urnas con el actual primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.
Franceschini, hasta ahora vicepresidente del PD, era considerado por los analistas políticos como un “gemelo”, “clon” o “alter ego” de Walter Veltroni, pero siempre a la sombra del líder demócrata y sin quitarle nunca protagonismo.
Al igual que Veltroni (1955), pertenece con sus 50 años a la que en Italia, vista la edad media de sus dirigentes, se considera la nueva generación política y la nueva cara de la izquierda italiana.
Las similitudes con Veltroni son numerosas: desde la moderación en las declaraciones a su faceta de escritor, su pasión por América del Norte y su interés por el continente africano.
La única, pero gran diferencia con el ex secretario del PD, es su pasado.
Mientras que Veltroni procede del Partido Comunista, Franceschini entró en política en la Democracia Cristiana (DC), colocándose en su área más progresista, y actualmente sigue perteneciendo en el PD al ala católica.
Aunque sus orígenes son democristianos, Franceschini ha sido uno de los políticos que más apoyó a Giuseppe Englaro en su batalla para conseguir que su hija Eluana, en estado vegetativo desde 1992, fuese ayudada a morir.
Nacido en Ferrara, en la región norteña de Emilia-Romagna, el 19 de octubre de 1958, es licenciado en Derecho y ejerció como abogado hasta su entrada en política.
En 1985 publicó el libro El Partido Popular en Ferrara, católicos, socialistas y fascistas en la tierra de Grosoli y Don Minzoni.
Al igual que Veltroni, también se ha dedicado a la literatura y en enero de 2006 publicó la novela Nelle vene quell’acqua d’argento (En las venas, ese agua de plata), con la que ganó el galardón francés Chambery Premier Roman (2007) y los italianos Premio Bacchelli y Premio Opera Prima Città di Penne.