El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, regresó a Nicaragua después de permanecer dos horas en territorio de su país, en el sitio fronterizo de Las Manos.
Zelaya cruzó la línea divisoria rodeado de decenas de seguidores, que coreaban “Urge Mel”, una de las consignas de su campaña como candidato a la Presidencia de Honduras en 2005.
También le acompañaba la secretaria de Relaciones Exteriores de su administración, Patricia Rodas. El gobernante ingresó a Honduras pese a la reiterada advertencia del nuevo ministro de Defensa, Adolfo Sevilla, de que si cruzaba la frontera sería capturado.
Sevilla subrayó que “el único problema que tiene (el presidente) es que si pasa la frontera, las autoridades lo capturan de inmediato”.
Agregó que un alto oficial de las Fuerzas Armadas de Honduras cruzó a Nicaragua “para dialogar” con el depuesto presidente, de quien subrayó que lo mejor que podía hacer era “no entrar al país ahora”, sino después de las elecciones generales, previstas para el 29 de noviembre próximo.
Desde que llegó a Las Manos, en la parte nicaragüense de la frontera, Zelaya no paró de hablar por teléfono y con los periodistas que lo acompañan.
Antes de cruzar la línea divisoria dijo que venía a abrazarse con su familia y con “el pueblo hondureño”.
Además, entró a Honduras con un toque de queda que puso en vigor a partir de las 12.00 horas locales (18.00 GMT) el Gobierno que preside Roberto Micheletti, quien lo sustituyó en el poder por designación del Parlamento.
Zelaya fue depuesto por los militares el 28 de junio de 2009 y enviado a Costa Rica, desde donde comenzó a exigir su restitución en el cargo y a anunciar su regreso al país.
El depuesto gobernante ha recibido el apoyo de la comunidad internacional, que exige su restitución y no reconoce la administración de Micheletti.
Zelaya dijo ayer, después de cruzar la línea fronteriza de su país, que llega a "buscar un diálogo con el pueblo y los golpistas”.
Zelaya, quien se mantuvo unos metros más allí de la línea fronteriza, dentro de Honduras, dijo que desea entrar en “comunicación con los militares y la Policía”.
El depuesto mandatario cruzó la frontera rodeado de decenas de seguidores y luego estableció comunicación con un alto oficial de las Fuerzas Armadas de su país, con quien dijo que mantendrá un diálogo, sobre el que no precisó detalles. Indicó que como el oficial le dijo que no podía cruzar la frontera, entonces le respondió que él iría a su encuentro en suelo hondureño.
Zelaya subrayó que quería “hablar con el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas” y que en su país “los políticos se van a las fiestas y ponen a los militares a dar los golpes” de Estado.
Por su parte, Xiomara Hortensia Zelaya, hija del presidente depuesto de Honduras, pidió a su padre que le espere a ella y a su madre en el lugar donde cruzó la frontera y entró en su país.
En declaraciones a la cadena multiestatal Telesur, la hija del presidente derrocado indicó que está tratando junto con su madre y otros miembros de su familia llegar hasta Las Manos, el puesto fronterizo por el que Zelaya entró en territorio hondureño.
Según la corresponsal de Telesur, la familia Zelaya se encuentra a unos 20 kilómetros del lugar, y en el momento de la entrevista con la hija del presidente depuesto, estaban parados en un retén policial, con cuyos oficiales intentaban dialogar para seguir su camino.
En el puesto fronterizo donde cruzó a Honduras, Zelaya estaba poco antes de las 19.30 GMT hablando por teléfono desde el interior de un vehículo, según imágenes de Telesur, sin que se dieran detalles sobre quién era su interlocutor. Poco antes, según la cadena con sede central en Venezuela, un oficial hondureño le había indicado al presidente derrocado que tenía órdenes de arrestarle y que estaba preparado para hacerlo.
APOYOS A ZELAYA
Varias personalidades, entre ellas los presidentes de Uruguay y Brasil, le llamaron por teléfono para expresarle su apoyo para que sea restituido en su cargo.
El destituido gobernante, en rueda de prensa previa a su llegada a la frontera, volvió a pedir a sus seguidores que no se rindieran ante la represión, y a los soldados los llamó a que usaran los fusiles para defender al pueblo y no contra él. “Atiendan mis instrucciones porque sigo siendo el comandante en jefe del ejército”, insistió Zelaya.
“Son unos bárbaros, son unos tiranos, pero estamos dispuestos a sentar un precedente para que este golpe no se repita”, respondió Zelaya cuando le preguntaron qué opinaba de la orden de ampliar el toque de queda.
El nuevo Gobierno de Honduras puso en vigor hoy un nuevo toque de queda a partir de las 12.00 hora local (18.00 GMT) en sus fronteras con Nicaragua y El Salvador ante la eventual llegada del depuesto presidente.