El Ejército y las autoridades cooperan con los servicios de protección de Filipinas para evacuar a casi 50.000 habitantes en un radio de seis kilómetros en torno al volcán, que desde el pasado lunes expulsa lava y cenizas.
Rafael Alejandro, responsable de los servicios de protección civil de la zona, explicó que 11.981 personas de las localidades de Camalig y Daraga, en la provincia de Albay, ya han sido realojadas en refugios temporales y colegios hasta que puedan regresar a sus casas.
“La evacuación continuará durante los próximos dos o tres días, nuestro objetivo es realojar a 9.946 familias –47.285 personas– de las seis localidades más cercanas al volcán”, indicó.
El Ejército ha desplegado 16 camiones para trasladar a los afectados y ha decretado un toque de queda de 24 horas, unido a fuertes medidas de vigilancia.
Alejandro indicó que los informes científicos señalan que la actividad del volcán va en aumento y que es probable que pronto ocurra una explosión.