El próximo sábado 13 de abril El Patio acogerá la tercera de las actuaciones previstas en el marco de la III Bienal de Arte Flamenco de Málaga y promovidas por la asociación Estepona Flamenco. En esta ocasión podremos ver a Rocío Márquez que cuenta en su haber con la preciada ‘Lámpara minera’ del Festival del Cante de las Minas de La Unión 2008.
—¿Es la primera vez que actúa en Estepona?
—Sí, es la primera vez que canto en Estepona. Tengo la suerte de conocer a compañeros, artistas flamencos, de esta tierra. Por eso le eso le tengo un especial cariño.
—Estará acompañada por un mago de la guitarra, Paco Javier Jimeno. ¿Se puede tener mejor acompañamiento?
—Para mí es un placer poder ir con un maestro como él.
—¿Qué podremos escuchar en este concierto?
—Haremos "pincelaitas" de diversos estilos; seguiríya, cantiñas, guajiras, caña, tangos…y, por supuesto, un poquito por Huelva y por Málaga, de donde vengo y a donde voy.
—Queremos conocerla a fondo. Háblenos de sus inicios, sabemos que comenzó a cantar siendo muy joven...
—Desde pequeña empecé a ir a la escuela de cante que tiene la Peña Flamenca de Huelva y con nueve años tuve mi primer "recitalito" en la Peña de Palos de la Frontera. Tengo recuerdos muy bonito de cuando nos ponían a cantar a todos los niños por fandangos de mi tierra; Almonaster, Encinasola, Calañas, El Cerro, Valverde…después Alosno…más tarde los personales… Me gusta pensar que la semilla que pusieron aquellos maestros que fueron Manolo Lopéz y Amparo Correa, están dando sus frutos. Porque de aquella escuela, hoy continuamos muchos dedicados a este arte: Argentina, Jesús Corbacho…
—Con solo 15 años se trasladó a Sevilla a continuar con su formación. ¿Cómo recuerda aquellos momentos?
—Esta etapa la recuerdo con mucho cariño, llegué a Sevilla con toda mi ilusión. Allí continué estudiando bachiller y después magisterio musical. Recibiendo clases de Gloria Muñoz y de diversos artistas flamencos en la Fundación Cristina Heeren (Paco Taranto, Jose de la Tomasa, Virginia Gámez…)
Recuerdo que me llevaba todo el día corriendo de un lado al otro; de nueve a dos estaba en la fundación, comía por el camino, porque a las tres empezaba las clases en la universidad hasta las nueve. Y algunas noches cantaba en la Carbonería…así que no tenía tiempo de aburrirme. Disfruté mucho.
—A lo largo de su trayectoria profesional ha obtenido numerosos premios. El más significativo, la ‘Lámpara minera’ del Festival del Cante de las Minas de La Unión 2008. ¿Qué supone para una artista tanto reconocimiento?
— Me siento muy agradecida con la Unión porque apostaron por mi y me dieron su confianza. Aquella noche de agosto de 2008 fue uno de los momentos más felices de mi vida. También es cierto que un premio como la Lámpara te da mucha responsabilidad, del mismo modo que te abre muchas puertas.
—Ha tocado muchos palos, ¿con cuál se siente más cómoda?
—Me resultaría difícil decirte uno sólo, porque depende mucho de mi estado anímico. Si estoy contenta me apetece cantar palos rítmicos y festeros, y si tengo un día "malo" me apetecen estilos más pausados.
—Su primer trabajo musical, “Claridad”, salió al mercado el año pasado. Háblenos de él.
—Una de las cosas que más me gustan del flamenco, es su amplitud, no sólo en los palos, sino también en las diversas maneras de interpretar, en los diferentes "metales" de las voces. No todo el mundo expresa igual un mismo sentimiento. Yo pertenezco a ese grupo de voces claras, lainas, con melismas. Así que ponerle ese título era una manera de posicionarme desde el principio. Cada momento del disco refleja un momento importante de mi vida. He tenido la suerte de estar arropada por músicos maravillosos como Alfredo Lagos, Jorge Pardo, Jorge Tejerina… y poder sacarlo con Universal.
—¿Qué proyectos se trae actualmente entre manos?
—Estoy con un próximo disco en mente, y con muchos proyectos que me ilusionan como "suite española" con la pianista Rosa Torres Pardo donde interpretamos piezas de Albéniz, Turina, Granados, Falla…
—¿Tiene muchos conciertos a la vista?
—La verdad es que no me puedo quejar…después del concierto en Estepona tenemos previstas actuaciones en Santo Domingo, Huelva, Madrid, Almería, Amsterdam, Rotherdam…
—Defínase como mujer y como artista
—Yo pienso que uno canta como es. Así que mis virtudes y defectos son los mismos como artista y como persona. Me gusta esa integridad. Amo lo que hago, me gusta la búsqueda que implica conocerse, para ir poco a poco limando y potenciando lo que sea necesario.
—¿Qué es lo mejor y lo peor de subir a un escenario?
Lo mejor es cuando se produce la transmisión entre los artistas y el público, esos momentos mágicos en los que se pone la "piel de gallina".
Lo peor son los días que por lo que sea no te encuentras con ganas o fuerzas para subir y tienes que hacerlo. Yo, afortunadamente, soy como un loro, me llevo todo el día cantando, y siempre suele apetecerme. Pero cuando he tenido esa sensación lo he pasado regular.
—¿Tiene alguna manía a la hora de actuar?
—Alguna que otra…
—Viaja mucho, incluso fuera de España. ¿Es distinto el público? ¿Cuál es con el que se siente más a gusto?
—Es increíble la afición que hay fuera de España. Quizá ellos no dicen olés en un buen tercio, pero saben escuchar y apreciar. Me costaría mucho elegir, cada público es especial y diferente.
—¿Ha cumplido ya todos sus sueños en el mundo de la música?
—Tengo muchos sueños aún por cumplir y espero que la vida me siga tratando tan bien y me siga ofreciendo oportunidades para que se vayan alcanzando.