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Huelva

El TSJA desestima la apelación y confirma la condena de 11 años por matar a golpes a un indigente

El condenado pedía que se tuviera en cuenta la eximente completa o al menos la atenuante de que se hallaba bajo los efectos del alcohol

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El TSJA ha desestimado el recurso de apelación interpuesto contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Huelva que condenaba a 11 años de cárcel a D.D., un búlgaro de 34 años acusado de la muerte de un compatriota indigente a golpes, con una barra de hierro, en septiembre de 2011, confirmando la pena.

En la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que ha sido distribuida hoy a los medios de comunicación, el alto tribunal no atiende las razones esgrimidas por éste en su recurso en el que pide que se tenga en cuenta la eximente completa o al menos la atenuante de que se hallaba bajo los efectos del alcohol.

Indica el TSJA que a la vista de toda propuesta, admitida y practicada, el jurado popular que "no encontró evidencias para llegar a la conclusión de que el acusado había bebido antes de cometer el hecho criminal en gran cantidad, y que esa cantidad afectó a su entendimiento o control de voluntad" y ahora esta instancia "no encuentra ningún elemento para calificar de irrazonable la conclusión".

Por ello, confirma la sentencia que condena a esta persona a 11 años de cárcel por un delito de homicidio doloso consumado, con la concurrencia de la atenuante de confesión, a inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena; y al pago de una indemnización de 70.000 euros a la madre de la víctima en concepto de responsabilidad civil.

La sentencia daba respuesta al veredicto del jurado que consideró probado que D.D., el 8 de septiembre de 2011, en una chabola situada en uno de los puentes de la H-30 de Huelva, entre las 00.00 y las 4.00 horas, mantuvo una discusión con la víctima, N.A., después de que ésta le pidiera que la invitara a algo de beber, tirándole de la ropa y dándole algún empujón.

Fuera de la chabola, el acusado cogió un tubo cilíndrico de acero que estaba en el lugar y golpeó a la víctima en la cabeza y continuó golpeándola en el suelo.

Tras darle muerte, D.D. arrastró su cuerpo hasta la parte descubierta de una acequia cercana, donde lo dejó tirado y fue encontrado a la mañana siguiente por unos vecinos de la zona, a los que el acusado contó lo sucedido al igual que hiciera ante la Policía cuando se presentó en el lugar.

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