Carolina Marín, campeona del mundo de bádminton, ha recibido hoy a las puertas de su casa en Huelva el cariño de familiares, vecinos y compañeros de su club de origen, el Recreativo IES La Orden, que le habían preparado un emotivo recibimiento.
El portal de la vivienda estaba forrado por banderas y pancartas en su honor y estaba rodeado más de un centenar de personas de todas las edades, muchos de ellos con camisetas albiazules del equipo de bádminton.
Conforme Marín se bajó del coche, con la medalla al cuello y acompañada de su madre, no paró, entre lágrimas, de dar besos y abrazos a toda la gente que la ha visto crecer en su barrio, que ha entrenado con ella, que en definitiva la han acompañado en este camino hasta la cima del bádminton.
Su club de origen le tenía preparado un recibimiento especial. La jugadora Haidee Ojeda le entregó un ramo de flores y con él en las manos atravesó entre aplausos un largo pasillo que habían formado los niños del club con las raquetas en alto.
Mientras, se sucedían los cánticos sobre ella, se tocaban palmas y Carolina seguía abrumada con tanto cariño, se hacía fotos, firmaba autógrafos y seguía repartiendo besos y abrazos.
Todo eran rostros de felicidad, como los de sus abuelos, sus primos y tíos, técnicos, jugadores y vecinos. Especialmente emocionada estaba su madre, Toñi Martín, que ha declarado a la prensa que "lloro de alegría de ver cómo Huelva quiere a mi niña y ella también quiere a su gente y a su tierra y está orgullosa de representarla.
"Cuando veo cómo la felicitan siento un orgullo enorme, es un sentimiento especial", ha apuntado la madre de la campeona, quien además ha comentado sobre el carácter competitivo de su hija que "ella siempre se pone el listón muy alto y ha hecho mucho sacrificios para llegar a aquí, pero lo hace con muchísimo placer porque esta es su vida".
Posteriormente ha sido recibida en la Diputación de Huelva y esta tarde lo hará en el Ayuntamiento en una recepción que se espera sea multitudinaria.