Qué largo se le está haciendo a Vox el trabajo en el Parlamento de Andalucía esta legislatura, la primera en la que forma parte del arco parlamentario. Tres años se cumplieron recientemente de las últimas elecciones autonómicas que permitieron al PP de Juanma Moreno conseguir el Gobierno de la Junta de Andalucía tras décadas de sucesivos gobiernos socialistas.
Y tres años casi que lleva Vox pidiendo elecciones. Y es que para Vox es mucho más entretenido estar de campaña que trabajar por los intereses generales de los andaluces. Al menos eso parece deducirse de sus continuas peticiones/exigencias/reclamaciones de convocatoria anticipada de elecciones en Andalucía cuando éstas no corresponden hasta finales de 2022. Puede resultar comprensible que al partido de Abascal aún se esté arrepintiendo de no haber entrado en el Gobierno andaluz hace tres años cuando permitió la investidura de Juanma Moreno. Pero como se dice en esta tierra, “a lo hecho, pecho”.
3 años lleva el partido de Abascal amagando con retirar su apoyo al Gobierno de PP y Ciudadanos, amenazas que nunca han llevado a cabo porque, entre otras cosas, saben perfectamente que su electorado nunca permitiría que por una mala estrategia el gobierno de la Junta volviera a caer del lado de los socialistas. Y por eso nunca han cumplido sus amenazas.
Pero en plena pandemia, en plena recuperación de una tierra que apenas lleva 3 años con un gobierno distinto al de los últimos 40 años, a Vox solo le ha interesado pedir insistentemente elecciones anticipadas, guiados por unas encuestas e intereses partidistas que, como no tengan cuidado, pueden acabarle pasando la misma factura que en Madrid donde Vox no fue necesario para el Gobierno en solitario de Díaz Ayuso.
Y para rematar su nulo interés por Andalucía ahora amagan con imponer de candidata a una de sus líderes nacionales, natural de Alicante pensando más en su fuerza tuitera que en su conocimiento, implicación o dedicación por una tierra, Andalucía, de la que, me temo, conoce más bien poco. Y lo último que nos falta a los andaluces es que ahora quieran también gobernar de oídas y por tópicos.
