Lunes Santo de emociones desde El Salvador hasta el itinerario oficial, con un desfile procesional que ha puesto en la calle una manifestación pública de fe marcada por el sentir de costaleros, nazarenos y junta de Gobierno, de la que es Hermana Mayor Carmen Oya.
La Cofradía de Nazarenos de Nuestro Señor de la Pasión Despojado de sus Vestiduras y María Santísima de la Amargura Madre de la Iglesia puso luz a un Lunes Santo de estrenos, luciendo desde la primera ‘levantá’ y en la calle los respiraderos frontal y trasero del misterio, en madera de cedro; y la sobre-peana de la Virgen, en madera de pino, y piezas de orfebrería.
Los capataces y contraguías del misterio, Rafael Mondéjar, Enrique Castillo y Juan José Garrido dejaron escuchar su voz como cada Lunes Santo, hablando con pasión y amor a sus 60 costaleros, desde el interior del templo y en las calles, para marcar el paso a costal al son de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Despojado. Con marchas propias y dedicadas, inició una procesión de penitencia el Misterio, al que siguió el palio de la Virgen, guiado por Jesús Joyanes, que se dejó el corazón recompensando el esfuerzo de sus costaleros.
También los músicos de Banda Filarmónica de Jaén, con la que la Virgen caminó por las calles de la ciudad para recoger la devoción de los jiennenses que la esperaron. Uno de los momentos más aplaudidos fue la petalada a la Virgen en Bernabé Soriano (Óptima Amate), una tradición que congregó a numerosos jiennenses.
La Amargura marcó la Pasión de un Lunes Santo de devoción jiennense y estuvo acompañada por el Alcalde, Julio Millán, y el obispo de la Diócesis, Sebastián Chico Martínez.