El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha dado la razón a la Fiscalía en el caso de la de Marina Montes, la joven de 20 años que falleció hace en octubre de 2018 en Jaén capital tras ser embestida la moto en la que viajaba de acompañante por un turismo cuyo conductor dio positivo en las pruebas de alcoholemia.
Desde la Sección Segunda de la Audiencia de Jaén se había planteado que sólo el delito de omisión del deber de socorro fuera enjuiciado por un tribunal con jurado, mientras que el resto de delitos se plantea que se vea en otro procedimiento en un juzgado de lo Penal. El Ministerio Fiscal recurrió y el alto tribunal andaluz ha decidido, según se ha informado a Fiscalía a Europa Press, que todos los delitos que se le imputan al acusado sean dilucidados por un jurado.
La Audiencia Provincial de Jaén ha fijado para el 2 de marzo de 2020 la celebración del juicio. El acusado, J.A.R.J., de 42 años, pasó un año en prisión preventiva y actualmente se encuentra en libertad con cargos. Serán nueve personas las que como miembros del jurado decidirán el futuro de este vecino de Jaén.
El Ministerio Fiscal le acusa de un delito contra la seguridad la seguridad vial por conducción bajo los efectos del alcohol, un delito de homicidio imprudente y otro de lesiones, así como otro delito del omisión del deber de socorro. Por estos delitos le reclama ocho años de prisión.
El trágico accidente se produjo pasadas las 22,00 horas del 14 de octubre de 2018 cuando el acusado circulaba con un vehículo, que estaba a nombre de su hija pequeña, por la avenida de Madrid en sentido ascendente. Al llegar al cruce con la calle Maestro Cebrián, el conductor del vehículo invadió los dos carriles descendentes.
Lo hizo sin percatarse de que por allí circulaba la motocicleta, conducida por un joven y en la que Marina Montes viajaba como acompañante. El impacto fue brutal y la chica salió despedida. Durante dos días, Marina luchó por su vida en la UCI del Hospital Neurotraumatológico, pero acabó falleciendo dos días después, el 16 de octubre como consecuencia de un traumatismo craneo-encefálico severo. El joven conductor de la moto también resultó herido, pero en ningún momento se temió por su vida.
El atestado de la Policía Local recogía que tras la colisión, el inculpado detuvo su vehículo y se apercibió desde dentro del coche del resultado del siniestro, con la víctima Marina Montes, tumbada inconsciente en el suelo, y el conductor de la motocicleta ya incorporado.
Pese a ello, "abandonó el lugar sin atender a las víctimas y sin atender a los gritos y signos de los peatones para que detuviera la marcha", tal y como recoge la jueza instructora en el auto en el que transforma la causa en un procedimiento de la Ley del Jurado.
El acusado fue interceptado minutos después por una patrulla de la Policía Local estacionado al final de la calle Maestro Cebrián, muy cerca del lugar del accidente. Las pruebas de alcoholemia arrojaron un resultado positivo, 1,02 miligramos de alcohol por cada litro de aire en la primera y 0,89 en la segunda.
En su declaración judicial, J.A.R.J. sostuvo que no se había percatado de la colisión y que en todo momento pensó que había chocado con un bordillo, al tiempo que rechazó que se hubiera dado a la fuga. La magistrada ordenó su ingreso en prisión preventiva teniendo en cuenta la gravedad de los hechos, la alarma social generada y que el acusado contaba con antecedentes penales por conducir ebrio.