LA EVALUACIÓN FINAL DEL PRIMER Plan Estratégico de la Provincia de Jaén (2000-2007), publicado en junio de 2008, recogía en sus consideraciones que en infraestructuras viarias ya se habían puesto las bases. “No habrán de transcurrir muchos años para que podamos disfrutar del desdoblamiento de la A-316 (Úbeda-Cabra), de la conversión en autovía de la N-432 (Granada-Badajoz) o del desdoblamiento de la A-32 (Linares-Albacete), o del nuevo trazado (más rápido y menos peligroso) del Paso de Despeñaperros. En el tema del ferrocarril (medio de transporte con gran pasado y mejor futuro), cabe destacar el proyecto de la “Línea de Altas Prestaciones Madrid-Alcázar de San Juan-Jaén”, con dos tramos ya en ejecución y los restantes con las obras licitadas o en fase de redacción de los proyectos. Asimismo, se ha de destacar la instalación de un intercambiador de ancho de vía que va a permitir conectar Jaén a la “Alta Velocidad” a través de Córdoba”.
Veinte años después del inicio del Primer Plan Estratégico de Jaén solo se ha ejecutado al 100% en materia de infraestructuras viarias el nuevo trazado de Despeñaperros. El resto de proyectos sigue en ejecución, en estudio o en barbecho, y están incluidos en el Segundo Plan Estratégico, cuyo horizonte es el año 2023, fecha en la que difícilmente puedan estar concluidos cualquiera de ellos. De hecho, según el director de la Cátedra de Planificación Estratégica Territorial, Desarrollo Local y Gobernanza de la Universidad de Jaén, Antonio Martín Mesa, y el Cuadro de Mando Integral del Plan del pasado mes de marzo, un 59’8 por ciento de los indicadores del segundo Plan precisan de un impulso inversor, y ello, teniendo en cuenta que, además, “muchos de los indicadores todavía no recogen las cifras correspondientes a 2020 y a su pandemia”
El siglo XXI ha ahondado en la brecha inversora existente entre Jaén y el resto de Andalucía y de buena parte del país, situando a la provincia como una de las 23 que conforman la ‘España vaciada’, que lleva décadas perpetuando un modelo de desequilibrio territorial que ha llevado a la sociedad civil de Jaén y de estas provincias a reclamar un cambio de modelo y un reparto más justo de la inversión pública.
Esta circunstancia ha provocado una despoblación paulatina que se agravó desde la crisis mundial de 2008. La provincia de Jaén tenía en el año 2000 un censo de 645.711 habitantes. Durante la primera década continuó el incremento de población hasta 2010, cuando se alcanzaron los 670.761 habitantes. Ese fue el último año de crecimiento. Desde entonces, hasta el último dato oficial del INE del padrón de 1 de enero de 2021 (626.755 personas censadas), la provincia ha perdido 44.006 habitantes, 4.626 en el último año, coincidiendo con la pandemia del coronavirus.
En el año 2000 las administraciones invirtieron en obra pública en la provincia por valor de 67 millones de euros. Poco a poco se fueron incrementando esas inversiones y en 2006 se alcanzaron 336 millones de euros. Ese mismo año, el 20 de enero se aprobaba el denominado Plan Activa, que llevó a Jaén a vivir sus mayores cifras inversoras, cuyo techo se alcanzó en el año 2009 con una licitación total de 939 millones de euros. La crisis y el cambio de gobierno en Madrid en la alternancia PSOE-PP dieron al traste con el gasto en Jaén y en el año 2016 tan solo se llegó a 50 millones de euros. El año pasado la cifra fue de 92 millones. Según el Informe de Licitaciones Públicas 2020 de la Asociación Provincial de Constructores y Promotores de Jaén el Gobierno central invirtió en obra pública en la provincia el año pasado 6’3 millones de euros (un 23% menos que en 2019), frente a los 102 millones en Sevilla y los 99’8 de Cádiz. La de Jaén es la menor cantidad de toda la región, a la que solo se le acerca Almería, con 6’5 millones. En el caso de la Junta de Andalucía, la provincia jiennense recibió 33’6 millones de euros (un 17 por ciento menos), frente a los 208 millones de Málaga o los 73 millones de Cádiz. A nivel regional solo Granada y Huelva estuvieron por debajo de Jaén con 34 y 28 millones, respectivamente. Todo esto quiere decir que los niveles de inversión han vuelto a los de principio de siglo, prácticamente.
En cuanto al empleo en 2000 Jaén contaba con una tasa de paro del 23’53por ciento, que durante la crisis económica llegó a su pico en 2013, alcanzando el 40’85 por ciento y liderando el desempleo en el país. Desde entonces, la provincia ha ido oscilando, pero nunca ha recuperado de su mejor tasa, que se registró en 2007 con un 13,08 por ciento. La última Encuesta de Población Activa situó la tasa de paro en el 20’14 por ciento.
Todas estas cifras hacen necesario un cambio de modelo y un impulso inversor, que, como ya vivió la provincia con el Plan Activa, fortalece todo el tejido productivo.