Jerez

José Mateos reúne su poesía completa en 'Los nombres que te he dado'

El volumen de casi medio millar de páginas cuenta con prólogo del poeta Vicente Gallego e incluye un libro inédito, "Tratamiento y delirio".

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  • José Mateos posa con su nueva obra -

"Ningún poeta del 27 puede compararse con los tres grandes de la generación anterior, con Unamuno, Machado y Juan Ramón Jiménez", ha dicho el poeta y editor José Mateos (Jerez, 1963) con motivo de la publicación de su poesía completa, "Los nombres que te he dado" (Fundación José Manuel Lara).

"A las librerías llega diariamente un cargamento de literatura ociosa, artificiosa, banal, y eso me pone apocalíptico"

"Del 27 el que más sale a relucir es Lorca, que es un poeta de peña flamenca, un poeta palabrero con un instinto de poeta verdadero que no llegó apenas a desarrollar", ha añadido Mateos, también dramaturgo y pintor, sobre sus preferencias poéticas acerca de "Los nombres que te he dado", volumen de casi medio millar de páginas con prólogo del poeta Vicente Gallego y que incluye un libro inédito, "Tratamiento y delirio".

"Soy partidario de la literatura bien escrita, arraigada y en diálogo con la tradición de la lengua en que se escribe, no porque al leer me regodee en filigranas retóricas y en ese tipo de cosas, sino porque quien cuida el estilo afina y enriquece la mirada", ha dicho el poeta para ejercer una crítica sin tapujos del panorama actual:

"Me entristece el empobrecimiento gradual de la literatura de estas últimas décadas, que se realiza a veces en nombre de los caprichos populares y de mercado, pero también en nombre de la ruptura y la novedad".

Contra Pérez Reverte y Almudena Grandes

"A las librerías llega diariamente un cargamento de literatura ociosa, artificiosa, banal, y eso me pone apocalíptico; la mayoría de esa subliteratura antes iba a parar a los quioscos; eran los Corín Tellado, los José Mallorquí, los Marcial Lafuente Estefanía.... Hoy ocupan los escaparates y las portadas de los suplementos más prestigiosos y se llaman Almudena Grandes, Pérez Reverte o María Dueñas".

Sobre la utilidad de la poesía, ha respondido: "La poesía es inútil, pero necesaria; necesaria para que no acabe esa revolución de la mirada que la poesía viene fraguando y proponiendo desde su nacimiento; para reducir un poco el analfabetismo emocional de muchos; para cultivar la atención y la empatía; para tocar la eternidad por unos instantes; para dialogar con lo más escondido de uno mismo…"

Y a la cuestión de si es posible labrarse una carrera literaria en una ciudad de provincias como Jerez, ha contestado exclamando"¡Claro que no!" y ha añadido:

"Nunca, ni cuando era más joven y veía a algunos de mis compañeros de generación sudando por salir en la última antología de Villena, asistir a tal congreso o ser reseñados en 'Babelia', me interesaron esas reverencias, esos trágalas y apaños que son consustanciales a una carrera literaria".

"El éxito del escritor está en ser leído por una comunidad de solitarios, por una o dos docenas de lectores perspicaces y con criterio que, a la larga, son los únicos que importan", ha zanjado.

La belleza del mundo

A la pregunta de si se reúne la poesía completa porque ya está todo dicho, ha contestado que es justo al revés: "La poesía nunca se acaba de decir; es inagotable y cuando uno termina de escribir un poema sabe que el próximo que escriba será de nuevo el primero o no valdrá nada".

"Si he reunido ahora mi poesía completa es porque tengo la impresión de que todo lo que escribo forma parte de un solo libro, un único libro por entregas; reunir en un volumen al menos todo lo que he escrito en verso me permite contrastar esa impresión con el lector"

"Mi escritura se concentra en profundizar y en dar vueltas a lo mismo: El asombro por la belleza del mundo, por la compasión humana, y el escándalo por el mal, por el sufrimiento y el acabamiento de la vida", ha contestado, antes de añadir sobre la celebración de la vida que transmiten sus poemas:

"Con los años he caído en la fe de que las tristezas por muy puñeteras y terribles que sean son siempre secundarias, nubecillas o nubarrones de paso, y que el fondo de la vida es la alegría; el hecho de existir y de tener conciencia de existir me parece un privilegio, un regalo por el que hay que dar las gracias sin interrupción, en todo momento y en todo lugar". 

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