En una de esas tertulias que los profesionales de la comunicación improvisamos cada cinco minutos, un compañero acuñaba una frase que, desde la dirección nacional de una agencia, le habían indicado a su corresponsal. Había una noticia que no tenía tintes de información importante, pero le dijeron que la mandase porque “todo lo que es Jerez vende muy bien”. Sobre todo lo malo que, desgraciadamente, es lo que se está vendiendo en las últimas fechas. Huelgas, impagos, manifestaciones, encierros...
Obviamente son acontecimientos que no se pueden soslayar porque están ahí. Fue muy grave que siete mil escolares se quedasen sin poder acudir a sus centros, es tremendamente estremecedor ver cómo empresas relevantes en las últimas décadas caen, escuchar que desahucian a tu vecino de al lado o que el del quinto no cobra de su empresa. Todo eso es cierto que está sucediendo en Jerez, pero también está sucediendo, lamentablemente, en doscientas ciudades más de España y no tienen las noticias la misma repercusión. ¿O no es importante los meses que llevan sin cobrar los empleados municipales de La Línea? Y no aparece la información ni en periódicos de tirada nacional ni en los telediarios ni en las coberturas regionales o nacionales de las cadenas radiofónicas.
Lo de Jerez vende quizá porque Jerez, desde hace mucho tiempo, ha estado instalado en la bronca. En la época en que se cobraba, en la que se trabajaba y en la que existían proyectos, la ciudad era noticia por el aislamiento a la que la sometían desde Moncloa o desde San Telmo y por las declaraciones de Pedro Pacheco que eran recogidas, en ocasiones hasta en exclusiva, por las diferentes agencias de noticias. La bronca antes era política y ahora es laboral. Jerez se instaló en la bronca hace ya muchos años y eso hace que cualquier acontecimiento, por nimio que sea, sea noticia a todos los niveles y que periódicos y cadenas televisivas de alcance nacional fijen sus miradas en una ciudad como Jerez que, ciertamente, está descompuesta y que necesita muchos impulsos para sacarla hacia adelante, pero que no es la única en tan adversas circunstancias.
