Jerez

San Juan de Dios reclama su remodelación integral tras nueve años de parón

Esta década ha pasado factura a sus viviendas de 42 metros cuadrados y a la barriada, que aseguran que está más abandonada que nunca. No entienden por qué el realojo de Cerrofruto se les ha adelantado cuando el proyecto era posterior. Más de 300 familias siguen aguardando su turno.

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  • A la izq. el bloque nuevo. -

Nueve años después de que el Gobierno del PSOE-PSA diera luz verde a la remodelación integral de San Juan de Dios, lo máximo que ha conseguido esta barriada es culminar la primera fase con el derribo de dos bloques y realojar a las familias en la calle Cruz de Cantos, en Picadueña, y en la avenida Hermano Adrián, junto a los viejos pisos. El contraste es más que acusado, y no sólo estéticamente. Las poco más de 110 familias  “afortunadas”  que entonces estrenaron casas en bloques de viviendas de alquiler social se han librado de las barreras arquitectónicas, -ahora tienen ascensor-  y han dejado atrás los problemas de humedad concentrados en los 42 metros cuadrados de sus antiguas viviendas, y las escaleras exteriores. A ellas hay que sumar las interiores a través de las que se acceden al dormitorio de arriba -son dúplex- y en las que resulta complicado apoyar el pie completamente. De hecho, como asegura el presidente de la asociación de vecinos de San Juan de Dios, Antonio Salas, le consta varios casos de inquilinos “atrapados”, la mayoría de edad avanzada -estos pisos se entregaron hace 50 años- que no pueden bajar a la calle por sus problemas de movilidad desde hace años. 


Haciendo un recorrido con los residentes por la zona proyectada en el que también está presente el candidato del PA a la Alcaldía, Santiago Casal, y uno de los impulsores de un proyecto que “costó mucho trabajo sacar adelante”, la sensación es una mezcla de nostalgia, impotencia y enfado generalizado por lo que pudo ser y no fue después de que los gobernantes les prometieran el oro y el moro. “Pilar Sánchez nos lo puso todo de caramelo, y después en cuatro años no hizo absolutamente nada”, indican los residentes señalando las zonas reservadas para levantar los nuevos bloques cuyo uso de los terrenos (con vistas a Area Sur) llegó a cambiarse en el PGOU. Era la propuesta que los vecinos respaldaron finalmente en una asamblea a la que acudió la entonces alcaldesa, Pilar Sánchez, tras plantear levantar los nuevos pisos en dichos terrenos en vez de ejecutar fase por fase y construir los bloques en el espacio libre tras el derribo. De esta manera, se ganaría tiempo. Sin embargo, casi una década después, ha ocurrido justo lo contrario. Lo peor de todo es que los vecinos no ven visos de que esto se arregle, y en todos estos años la crisis económica ha sacudido a esta barriada con más fuerza que al resto, dejando a más de la mitad de sus padres de familia en el paro.


¿Ahora qué?Ninguno lo sabe, y de hecho aseguran que la actual alcaldesa, María José García-Pelayo, en una visita a la barriada, hizo mutis por el foro. “El proyecto de reordenación ni lo mencionó, y nos dijo que nos iban a arreglar un muro que hay que está vencido. Cualquier día va a pasar una desgracia y ni eso. Pilar Sánchez fue una embustera pero Pelayo tampoco ha hecho nada, y encima nos tiraron el polideportivo y nuestros niños no tienen ahora donde jugar”, lamenta otro vecino. Se refiere a un muro que separa las zonas verdes de la barriada y donde iba proyectado un merendero en su momento. Se llegaron a colocar farolas, pero allí ya no queda nada.


Sin ingresos, la situación de muchas familias es crítica, pero la gran mayoría no ha renunciado al proyecto de remodelación, lamentando que mientras no llega el Ayuntamiento se haya olvidado de esta barriada. “Aquí hay que venir expresamente, porque San Juan de Dios no está de paso, seguro que si la vuelta ciclista pasara por aquí lo arreglarían. Muchos vecinos no pueden pagar la comunidad y lo sabemos, pero el Consistorio ni siquiera nos dan la pintura para pintar los bloques. Se lo hemos dicho mil veces, que nosotros nos encargamos, porque esto así da muy mala imagen y aquí hay muchos parados que vienen de la construcción, pero ni así nos ayudan, han hecho de esto un gueto”, lamentan indignados. Unas circunstancias a la que suman los problemas de suciedad.
Eso sí, lo que tienen claro la gran mayoría de las 350 familias que viven en estos bloques, unas 1.000 personas, es que si alguna vez consiguen desbloquear el proyecto, exigirán que puedan trabajar en la obra. “Quién mejor que nosotros para hacer nuestras casas, aquí hay cerrajeros, encofradores, fontaneros... somos currantes, y lo que no puede ser es que las obras de la calle Larga la estén haciendo gente de fuera con el paro que hay en Jerez”, manifiestan enfadados. Mientras tanto, ellos intentan buscarse la vida y no hacen más que chocarse contra una pared cada día más dura.


Como denuncian, su rutina es una continua desesperación por salir adelante intentando ganarse la vida “sin hacer daños a nadie”, pero no se lo ponen fácil. “Cuatro familias comemos estos días de la venta de este cubo de caracoles, vendemos a un euro el vaso para sacar 100 y repartir entre otros cuatro y yo estoy seguro de que la Policía nos ve con el cubo vendiendo y aunque esté vacío  nos multa sólo por que en el DNI ponga que somos de San Juan de Dios; ahora que si los que lo llevaran aunque el cubo estuviera hasta los tope de caracoles le enseñasen el carné y fueran de Montealto seguro que no los multan. No tienen piedad con nosotros, nos han puesto esa etiqueta, y si encima luego vienen programas de La Sexta y nos hacen lo que nos hacen, como si fuéramos delincuentes, ya ni te cuento. Queremos trabajar y, mientras, no tenemos más remedio que que buscarnos la vida, pero sin hacer mal a nadie. Somos gente honrada que a duras penas salimos adelante, pero no nos dejan”, se quejan. 


Raúl no supera los 35 años y lleva cinco años viviendo en la casa en la que vivía con su abuela hasta que ella falleció sin luz ni agua. “Vivo gracias a la ayuda de algunos vecinos, sólo queremos un techo y un trabajo, es un derecho constitucional”. Sus vecinos asienten dándole la razón. Hay demasiados como él.

Casal: “¿Por qué los pisos de Cerrofruto sí y San Juan de Dios no?

La Junta de Gobierno local acaba de aprobar la adjudicación de las obras del proyecto del primer desglosado del proyecto de demolición del viejo Cerrofruto a la empresa Demoliciones Córdoba S.L. En total son 11 bloques que supondrá la demolición de 110 viviendas en mes y medio . El actual líder del PA en Jerez, Santiago Casal, representante de los vecinos de este barrio en su día y con el que teniendo mucha vinculación, y uno de los impulsores del proyecto de remodelación, no se explica por qué este programa que se gestó después del de San Juan de Dios sólo está pendiente del derribo, mientras que todos sus inquilinos están realojados ya en casas de alquiler social. ¿Por qué Cerrofruto sí y San Juan de Dios no, cuando el proyecto de San Juan de Dios se inició antes?, se pregunta, al tiempo que se muestra indignado por las críticas que esta semana ha realizado el PSOE reprochando al Gobierno local del PP que no hayan hecho nada en esta barriada estos tres años. “Es verdad que el PP no ha desbloqueado el proyecto, pero cómo tienen la vergüenza los concejales del PSOE de denunciar ahora el estado de esta barriada cuando su partido en seis años no hizo absolutamente nada de la remodelación”.

Un proyecto “inviable” sin Plan Andaluz de la Vivienda

Desde el Ayuntamiento  también han valorado la situación de este proyecto y apuntan  que la reordenación de San Juan de Dios “no es viable” hasta que no haya un Plan Andaluz de Vivienda de la Junta Desde Urbanismo recuerdan que esta actuación prevista en el planeamiento en la barriada San Juan de Dios pretende la remodelación integral del ámbito mediante la demolición de las viviendas existentes, “en pésimo estado de conservación”, para por fases, proceder a su sustitución por viviendas colectivas en bloque vertical de nueva planta que cumplan con los estándares de calidad  y accesibilidad que exige la normativa vigente.


  El Ayuntamiento resulta ser titular, en virtud de diversos títulos, de una superficie que representa aproximadamente el 88% de la totalidad del ámbito. Así, continúan detallando fuentes de Urbanismo, en 2009 se inició la expropiación de las propiedades que aun restaban para lo cual se subdividió la zona en dos polígonos: la ejecución comprendía por un lado la obra de urbanización y por otro la de edificación. Para la primera fase se redactaron un proyecto de urbanización y sendos proyectos de 108 y 144 viviendas para alquiler social. Los presupuestos de las mismas eran de 2,5 millones la urbanización, y de  10 y de 6,5 millones respectivamente cada una de las actuaciones. La urbanización la acometería el Ayuntamiento y la edificación Emuvijesa.


A partir de ahí, añaden, la financiación de las viviendas debería haberse obtenido a través de los planes Concertados de Vivienda de la Junta de Andalucía, de los cuales el último fue el del periodo 2008-2012. No obstante ese dinero no se obtuvo al desaparecer la financiación, con lo cual se hizo inviable la ejecución de la viviendas. Para la urbanización también se pidió una subvención a la Junta por valor de unos 500.000 euros, que se denegó por la falta de financiación disponible. En consecuencia, resaltan, el Ayuntamiento “no puede abordar la construcción de 252 viviendas por un coste solo de obra de 20 millones en estas condiciones financieras”, y sin planes de vivienda que aseguren en un futuro la subvención del alquiler social.Por ello se ha optado por desarrollar una actuación de menor envergadura que permita avanzar algo en la resolución del problema. Para ello Emuvijesa está estudiando la promoción de viviendas en una parcela de Picadueñas, que puede suponer una inversión de unos 2,5 millones para la construcción de unas 40-50 viviendas.

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