Jerez

“No podría escribir sobre algo que realmente no me gustara”

Herido, presentada en la Feria del Libro, es la cuarta novela de esta escritora jerezana

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  • Verónica Valenzuela. -

Aunque el libro había sido ya presentado en Alfredo Café Copas este pasado invierno, el pasado viernes fue protagonista en la Feria del Libro de Jerez, en Los Claustros de Santo Domingo. Heridos es la cuarta novela, publicada, de la jerezana Verónica Valenzuela Cordero (Jerez, 1974), una escritora de vocación que, por temas personales, ha dejado aparcada su carrera de Enfermería para volcarse en el mundo de las letras, donde lleva escaso tiempo, pero donde comienza a vislumbrar un futuro profesional mejor.
¿Qué es Herido?
—Es la historia de un soldado americano que es apresado y torturado en Irak. La historia es de casi 20 años después de que lo torturasen.  
Es una novela romántica que cuenta la historia de Morgan Drake, un antiguo Seal americano de las fuerzas especiales que ha sufrido el maltrato de su padre desde niño. Tras su paso por las fuerzas de combate, en su última misión en Irak es apresado y torturado hasta convertirlo en un monstruo que no soporta mirar su cuerpo destrozado en un espejo. Además del horrible secreto que nadie conoce.  La llegada de Sara Butler a los Ángeles, la hermana de su socio y una joven pintora de gran fama en España, despertará el oscuro corazón de Morgan en el que las heridas aún más profundas que en su piel, le hacen ser un hombre irascible y arisco que vive escondido en su refugio. Es la sipnosis, Verónica, de su cuarta novela publicada
—Cierto, la primera fue Hijos de Caín, El despertar del Fénix, que era una fantasía de vampiros; luego llegaría Más allá de las trincheras, una historia de amor en la I Guerra Mundial y la tercera fue Malena. Un bombón XXL, que es una comedia romántica y cuya protagonista precisamente es una jerezana. Tengo otras dos novelas escritas que espero que pronto vean la luz editorial.
¿Desde cuándo escribiendo ?
—Escribo desde pequeña, siempre me ha gustado, pero más en serio me metí cuando estaba estudiando y me adentré en la historia de Más allá de la Trincheras, Lo que ocurre es que entonces no había excesiva información, porque no estaba internet y tardé uno par de años en publicarla. Prácticamente la finalicé en 2011.
¿Pero esa afición por la escritura cómo llegó?
—Porque es algo que siempre me ha gustado. Miré, me gustaba contar las películas que veía a mi manera. Las escribía, hacía cuentos..., son cosas que surgen. Como Heridos. Fue, aunque haya sido la cuarta novela en publicarse, la primera  que terminé. Fue esa mi primera historia de amor terminada, pero es una novela que ha tenido problemas, porque la escribí, comencé a buscar editoriales, me la cogieron, quebraron un par de ellas. La tengo registrada desde 2008 y ya en 2009 me la contrató una editorial para publicarla, pero era el tiempo en que se llevaban las cosas de los vampiros y demás y me pidió que primero saliese Hijos de Caín. Heridos ha estado tres años en formato digital, en una editorial de Argentina, pero ya en formato libro ha salido ahora, editada por la editorial madrileña Delibrum Tremens. 
¿Sólo se dedica a la escritura?
—Ahora mismo sí. Yo soy enfermera, pero tuve problemas con una rodilla y demás y lo tuve que dejar y ya me dediqué en serio y totalmente a mi hija y a la escritura, aunque este mundo no es fácil. De hecho la primera novela que voy a cobrar es Malena. De las otras dos no he cobrado un euro, por problemas de las editoriales, pero es mi mundo y me entrego a él por entero.   
¿Cuándo escribe?
—Tengo un niña de 10 años de edad y lógicamente aprovecho el horario escolar para escribir.  Cuando ya se tienen compromisos con editoriales el trabajo hay que tenerlo a punto, porque las publicaciones tienen una fecha de salida. Aprovecho las mañanas para ponerme a escribir. Me impongo un horario porque si no es imposible. Además para escribir necesito silencio. No me importa que haya gente a mi alrededor, pero que haya silencio, con el ruído no soy capaz de concentrarme.
Quitando a Hijos de Caín, El despertar del Fénix, sus novelas son de amor, son novelas románticas, aunque Heridos lleva también una gran carga emocional. ¿ Es usted romántica?
—Soy muy romántica, sí. De hecho la película que más me gusta es Lo que el viento se llevó. Me gusta escribir historias de amor, aunque lógicamente estoy abierta a todo. Cuando dependes de editoriales no puedes descartar nada, siempre y cuando escribas algo sobre lo que te guste. De hecho tengo dos novelas escritas, esperando su publicación, que tratan sobre un centro de menores en uno de los casos y otra sobre los problemas de un padre divorciado. Lo que ocurre es que la novela romántica se lleva mucho, tiene público y hay que acercarse a ellos. Lo que tengo claro, repito, es que no podría escribir de algo que no me guste. Por ejemplo entiendo que sería incapaz de escribir una novela negra. Es algo que no me va, que no me gusta y me costaría mucho poder hacerlo.
Sus novelas están cargadas de alegría, melancolía, dramatismo, sensualidad, acción y muchos otros sentimientos que permiten adentrarnos en la piel de cada personaje ¿Cómo hace para mantener un equilibrio entre todas estas emociones?
—  Pues la verdad es que no hago nada en especial, sólo intento que la trama romántica sea suficientemente creíble pero sin rozar la ñoñería; que los acontecimientos que ocurren en las novelas no cansen al lector, sobre todo en las escenas que tienen mucho dramatismo.  Y con las escenas de cama, nunca tengo problemas, sólo me dejo llevar y pienso que les gustaría en ese momento a los personajes. Aunque luego mi madre cuando las lee, se pone colorada y me regaña. De hecho Herido tiene buenas dosis de sensualidad, porque el sexo entre los protagonistas es una parte muy importante en la novela por todo lo que tienen que superar.
Comenzó firmando sus novelas con el pseudónimo de Verónica Butler pero después  ya  utilizó au apellido.
— La idea del pseudónimo fue de la primera editora que tuve, que publicó Hijos de Caín. Quedamos en que para no perder mi nombre completo, utilizara un apellido que sonara anglosajón porque vende más. Así que usé el de Sara, la chica de Herido. Pero en el fondo nunca me he sentido cómoda con el pseudónimo, porque estaba perdiendo mis raíces de las que estoy muy orgullosa.  Cuando firmé con El Maquinista mi segunda novela, decidí volver a mi nombre verdadero, y así pienso seguir publicando con él. Mi padre debía estar mordiéndose las uñas en la eternidad por no llevar mi apellido.
Verónica Valenzuela, una escritora que tiene mucho que decir y que dará sorpresas importantes pronto, aunque de momento se vuelca con Herido.
 

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