Fuentes de esta red pusieron de manifiesto que estas medusas, que son muy venenosas, ya no se encuentran en las aguas del Estrecho de Gibraltar. No obstante, en la jornada del pasado martes, lo máximo que se aproximaron fueron a unos 700 metros de la costa, por lo que no hubo peligro para los bañistas.
Asimismo, se tiene constancia de que en las costas de Cádiz tampoco se aproximaron a los núcleos de baño y que las corrientes las han arrastrado hacia el mar de Alborán en Almería.
Fuertes dolores
Según informaron fuentes ecologistas, la carabela portuguesa es una medusa muy venenosa cuya picadura puede provocar fuertes dolores y en algunos casos dificultad respiratoria y paro cardiaco. Los conservacionistas calificaron de “inusual” el hallazgo de esta especie de medusas en esta zona y, sobre todo, en aglomeraciones tan numerosas.
Esta especie se mueve fundamentalmente por el régimen de vientos más que por las corrientes, y suele frecuentar la zona del Mediterráneo.
En febrero ya se detectó la presencia de un ejemplar de carabela portuguesa en aguas del puerto deportivo de Ceuta.