“Que levante la mano quien al entrar en una página en internet le hayan remitido a otra de contenido sexual. No pasa nada”. ¿Diez manos?No me lo creo, de los que estáis aquí estoy seguro que os ha pasado a más de la mitad”. Los dos grupos de ESO del colegio Jesús María “La Asunción” sonríen tímidamente. Basta con observarlos un poco para comprobar que, efectivamente, Moisés Gálvez, policía local y ponente de la charla “El peligro en las redes para los adolescentes”, lleva razón. La mayoría no quiere ni que su maestra ni los compañeros estén al tanto de esta situación embarazosa. Primero ha estado con las clases de 1º y 2º de Secundaria, después con los de 3º y 4º. Con más de 60 ponencias entre el curso pasado y lo que va del actual, por las que han pasado unos 5.000 alumnos de Primaria y Secundaria, el agente los tiene calados, y conoce casi al dedillo cuando le están mintiendo o prefieren obviar ciertos detalles para no ser señalados en clase. Al final acaba ganándose su confianza. “Tengo hijos de vuestra edad y lo que no quiero para ellos no lo quiero para ninguno de vosotros”, señala el funcionario, agente del 092 desde el año 2000 y actualmente en la unidad de paisano, criminólogo, técnico informático y experto en redes sociales.
Con un hijo adolescente, él mejor que nadie sabe “lo vulnerable” que es este colectivo, por ello durante hora y media intenta darles una serie de pautas con ejemplo de casos reales a los que luego se suman las experiencias que les cuenten los propios estudiantes para prevenirles de los riesgos de las redes sociales. Así lleva tres años. Comenzó a darlas con motivo de los actos por el 175 aniversario de la Policía Local en el marco del programa Educapol del 092 y desde entonces no ha parado y asegura que la demanda por parte de los colegios e institutos (los centros pueden contactar en la web Jerez.es del Ayuntamiento) cada vez va a más. En cada una de sus sesiones el feed back arranca es continuo hasta tal punto que les tiene que emplazar a dejarles preguntas para el final para poder ir avanzando. Son muchas las frases claves que el agente intenta grabar en la retina de los alumnos, proyectando también vídeos, pero especialmente insiste en machacar ciertas afirmaciones para que no las pierdan de vista: “No existen los ciberamigos” y suplantar la identidad de un compañero en las redes sociales es un delito.
“No estamos hablando de crear un perfil falso sino de suplantar la identidad”. “¿Cuál sería la pena por hacer esto?”. Le pregunta un alumno. “Pues la medida que te imponga un juez. Los jueces son autónomos para las penas, te pueden dejar en tu casa sin salir un tiempo...”. “Pero, ¿Y si no puedes pagar la multa?¿Vas a la cárcel?”, le pregunta otro chico”. “Los menores no van a la cárcel, siempre a un centro de menores o a una localización permanente”, responde el policía. Otra las de las premisas en las que insiste es en “pensar antes de publicar porque la huella digital de lo que se sube perdura para siempre. “Cuidado con darle a la tecla intro y con los “me gustas”; al permitir que nos sigan -añade- abrimos una ventana para que entren en nuestra identidad digital. Permitídselo a vuestras personas allegadas, pero no vale tener 900 seguidores de los que no conocemos ni a 840. No sabemos las intenciones de esos ciberamigos”, reitera. Los asistentes vuelven a reírse y se miran cómplices entre ellos.
El exceso de información
La identidad digital, es decir, el conjunto de informaciones publicadas en internet vía redes sociales (dirección, gustos, aficiones) y el exceso de información, es otro de los temas en los que insiste Gálvez, pues llevado al extremo puede dar a casos como el robo que sufrió una familia en Jerez cuando entraron en su domicilio aprovechando que se habían ido de viaje debido a los datos excesivos personales que aportó uno de los hijos en redes sociales.
La falta de privacidad al 100% en internet, la necesidad de guardar las conversaciones de chat e incluso los pantallazos en caso de recibir amenazas también sale a relucir. Y es que la lista de delitos informáticos es cada vez más generosa: Grooming (persona adulta se pasa por menor y los engatusa para sacarle fotos de contenido sexual); sexting (intercambio de fotos de contenido sexual), ciberacoso...Además de informar a los padres, este experto en RRSS es tajante: que nunca difundan ni suban a las redes fotos y vídeos una tercera persona sin autorización. Es delito y más si hay agresiones de por medio. “Tanto el que agrede a otra persona, como el que lo graba y lo difunde están cometiendo delitos. Cada uno en su justa medida, pero lo cometen. Si te llega un vídeo así, informa a tus padres, tampoco vale reírse de los demás o de los profesores, si te llega un sticker de un maestro y lo difundes y ridiculizas -lo último en las aulas- es delito”.
La importancia de implicar a los padres
No regalar móviles a los hijos antes de los 12 años; configurar privacidad de las redes para que no la gente no acceda a las fotografías de los hijos, poner reglar sobre el uso de redes y navegar en internet con ellos para advertirle de los riesgos...son algunos de los consejos de este experto en RRSS a los padres.