Sergio Ramos tiene unos ojos alegres de andaluz listo, cuerpo de defensa central y un bíceps como un queso de bola
Sergio Ramos tiene unos ojos alegres de andaluz listo, cuerpo de defensa central y un bíceps como un queso de bola. Hace años, cuando todavía jugaba en el Sevilla, Sergio Ramos posó para la revista ‘Interviú’ desprovisto de la elástica hispalense y cubierto únicamente con un balón, como mucho tiempo antes habían hecho Tarzán Migueli, y, después, David Albelda. Tal vez los defensas centrales intenten demostrar, tanto a los delanteros rivales como a las señoritas de la grada, que detrás de un buen despeje siempre hay mucho entrenamiento.
Sergio Ramos, según sostenía recientemente Boris Eizaguirre en una doble página que le dedicó en ‘El País’, está intentando convertirse en un referente de la elegancia a la última y de la moda, como en su día hizo David Beckham. Pero Beckham era un británico con botas de seda para el pase esculpido por una Spice Girl, y hay algo en la mirada de Sergio Ramos de poeta maldito, más próximo al romanticismo del mito de Don Juan que a la estética de la película ‘Yo quiero ser como Beckham’.
El libro ‘Sergio Ramos, corazón, carácter y pasión’, escrito por Enrique Ortego, recién publicado, es una completísima biografía del futbolista andaluz. El acto de presentación, celebrado en el Bernabéu, reunió a Florentino Pérez, que presentó el libro, y a varios compañeros de Ramos, como Cristiano Ronaldo, Casillas, Pepe o Mesut Ozil. No estuvo Pilar Rubio, ese bellezón, con quien se había relacionado sentimentalmente a Ramos, ni ninguna de las pecadoras decentes que las revistas del corazón y las telerrosas dicen que cubren la feliz soledad del defensa triunfador.
Sergio Ramos es un futbolista de fuerza, un destacado rematador y un tipo que puede pifiar sin inmutarse un penaltie decisivo y al poco tiempo marcar el mejor de los penalties. Ramos no admite una comparación con Beckham, porque comparado con el británico, Ramos siempre será un cowboy.
Hubo quien escribió que asusta pensar que nuestra vida es un relato sin fábula ni héroe. Afortunadamente, para muchos aficionados al fútbol, Sergio Ramos es un héroe.