La Pandemia ha ocultado algunos de los problemas de la Sociedad pero siempre han estado ahí, se han mantenido e incluso han empeorado. Por ejemplo el consumo del TABACO.
La campaña propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene como objetivo concienciar sobre el impacto ambiental que conllevan la producción y distribución del tabaco. Por ello, el lema elegido para este año es “El tabaco: una amenaza para nuestro medio ambiente”.
Además, la campaña también tiene como objetivo mostrar cómo la industria tabacalera se esfuerza para “lavar” su imagen para parecer respetuosa con el medio ambiente. ¡Nada más lejos de la realidad! Cada año se destruyen unos 3.5 millones de hectáreas de tierra para el cultivo del tabaco. La producción contribuye en gran medida al cambio climático, desperdicia recursos y daña gravemente los ecosistemas. Y, por si fuera poco, empobrece a los países en desarrollo que se ocupan del cultivo, ya que la mayoría de las ganancias las obtienen las empresas tabacaleras transnacionales que tienen su sede en los países más ricos.
¿Qué tácticas utiliza la industria tabacalera para presentarse como “sostenible” y “respetuosa con el medio ambiente”?
La industria del tabaco dispone de recursos para hacer creer a la población que el cultivo, la producción y el consumo del tabaco son seguros para la salud de agricultores y consumidores y para el medio ambiente. Uno de estas técnicas de engaño es el etiquetado de los cigarrillos con términos como “naturales” u “orgánicos”, que crean una falsa sensación de seguridad en los fumadores que los compran.
Además, las empresas tabacaleras financian escuelas, organizaciones ambientales, programas de limpieza de desechos del propio tabaco, ¡y hasta hospitales! Esto lo hacen para ser reconocidas como empresas que contribuyen a la sociedad positivamente, pero no es más que otra técnica de engaño que hace “sentir mejor” a los consumidores de tabaco.
El consumo de tabaco es un problema de salud pública, según datos de la Organización Mundial de la Salud, más de 7 millones de persona mueren por el consumo del tabaco y uno de cada dos niños es fumador pasivo. Los daños a la salud ocasionados por el tabaquismo han sido repetidos en campañas publicitarias para atacar este problema, sin embargo poco se habla de cómo el consumo del tabaco afecta al ambiente, desde el proceso de elaboración y desecho del producto.
Como es lógico pensar, el humo del cigarrillo afecta de forma directa la calidad del aire. Según reportes de la Asociación Española Contra el Cáncer, se estima que los consumidores de tabaco producen 225 mil toneladas de dióxido de carbono cada año, esto equivale aproximadamente a la emisiones producidas por 12 mil vehículos que realizaran recorridos de 10 mil kilómetros.
Las colillas de cigarro representan entre el 30 y el 40% de los residuos recogidos en actividades de limpieza urbana y costera. Tirar una colilla de cigarro puede contaminar hasta 50 litros de agua potable, ya que el filtro conserva la mayoría de la nicotina y el alquitrán del cigarrillo.
Las colillas de cigarro están elaboradas con un derivado de petróleo llamado acetato de celulosa, un material no biodegradable que puede tardar cerca de 10 años en descomponerse.
La industria Tabacalera es una de las principales responsables de la deforestación mundial, ya que para el cultivo de la planta del tabaco y su proceso de elaboración se usan miles de hectáreas en tierras fértiles, tales como bosques o selvas tropicales.
La OMS, denuncia que, para elaborar 300 cigarrillos es necesario talar 8 árboles, eso sin contar los árboles usados en la fabricación del papel para el cigarrillo y las cajetillas, la construcción de los graneros en los que se almacenan y la leña usada para curar las hojas del tabaco para que adquieran su característico aroma.
En ésta campaña se exhorta a gobiernos e instancias normativas a que endurezcan la legislación, y sobre todo a que apliquen y refuercen los dispositivos existentes para obligar a los productores a hacerse responsables de los costos ambientales y económicos de los residuos derivados de productos de tabaco.
¡¡ AHORA QUE SABES ESTOS DATOS, ¿ VAS A CONSIDERAR DEJAR DE FUMAR?
¡¡ SALUD Y PAZ!!
* José Luís Pérez Pardal. Miembro del Comité de la Red Europea de Hospitales Libres de Humo en el Hospital Universitario Puerta del Mar