Pocas cosas y situaciones en la vida no tienen remedio. Y una de ellas es el ridículo. El ridículo, una vez hecho, tiene pocas ocasiones para enmendarse. Es peor incluso, bajo mi parecer, que la mentira o los cambios de opinión a los que tan acostumbrados nos tienen en estos últimos tiempos: de eso de decir “digo” cuando se ha dicho “diego” estamos ya casi curados de espanto.
Un cartel, que según la cuarta acepción de la R.A.E. es
”Prestigio y reputación” es el que está dejando este gobierno en Europa a cuenta de la (fallida de momento) Ley de la Amnistía. Y digo en Europa porque aquí, en nuestro país, ya sabemos de sobra de qué va esto: conceder todo lo que un fugado de la justicia pida desde Waterloo o desde donde se encuentre para librarse de lo que la justicia pueda cargarle, con motivos justificados. O es como yo digo o no hay partido. Esa parece haber sido la consigna que Junts ha seguido a pie juntillas para oponerse al trámite parlamentario. No existe la negociación. No existen las líneas rojas de los demás. No existe nada, salvo lo que nosotros, catalanistas recalcitrantes, queramos. Y le llaman democracia.
Como ustedes ya saben, la comisión de Justicia del Parlamento Europeo ha aprobado este miércoles una enmienda pidiendo que las amnistías que se aprueben en los Estados de la UE no puedan exonerar de castigos los delitos de corrupción. El texto, propuesto por las delegaciones españolas de PP y Vox, ha salido adelante con una mayoría amplia de 43 votos a favor y 17 en contra. Y como era de esperar, los socialistas europeos no han apoyado esta medida para así proteger su amnistía. Ese es el cartelito.
Esta enmienda europea pone en entredicho y en un soberano ridículo al Gobierno de Pedro Sánchez, que pactó con Junts incluir un inexplicable perdón a los independentistas catalanes por los delitos de usurpación de funciones públicas o de malversación,“dirigidos a financiar, sufragar o facilitar la realización" de los actos cometidos con la intención de reivindicar, promover o procurar la independencia de Cataluña. Recuerden que el Tribunal Supremo mantiene procesado al prófugo catalán Carles Puigdemntpor un delito, entre otros, de malversación agravada (penado con hasta 12 años de cárcel) por reducir los caudales públicos para su beneficio. Pero Junts pide más. Y más.
Sí, ese es el cartelito de estamos dejando en Europa. De eso he tratado en esta columna… ¿o es que acaso pensaban que iba a hablar de otra cosa?
