La salud intestinal también influye en la salud cutánea, según han demostrado diferentes estudios. Por ello os recomiendo un probiótico natural, el kimchi, con propiedades antioxidantes, minerales y vitaminas A,B y C.
Es imprescindible tener una buena flora intestinal y para que esto sea así necesitamos una dieta rica, variada y probióticos. De hecho, los mejores dermatólogos estudian nuestra salud hormonal e intestinal porque el acné deriva de ahí, de los problemas internos. Además de sus beneficios también es muy rico, con una variedad de 200 kimchis. Podéis adquirirlo en tiendas especializadas de alimentación asiática. Hay muchas formas de consumirlo: los coreanos lo consumen en todas sus comidas a modo de acompañamiento o con platos específicos como el estofado de kimchi, pero con verduras o arroz también está muy rico. Os advierto que es ligeramente picante, según su procedencia o elaboración.
El kimchi también es bajo en calorías y los antioxidantes que contiene nos ayudarán contra la inflamación y algunas enfermedades crónicas. También cuenta con gran cantidad de alicina, la cual es muy eficaz para controlar los niveles de colesterol, combate la obesidad y ayuda a la pérdida de peso, es anticancerígena y fortalece nuestro sistema inmunitario. A nivel estético, el kimchi contribuye a tener una piel radiante y un cabello sano gracias a sus propiedades de antienvejecimiento.
A pesar de sus beneficios, en algunos casos también tiene su cara B y se debe evitar o limitar su consumo. Las principales contraindicaciones: el chile es uno de los ingredientes principales del kimchi, de ahí su sabor picante. El chile contiene capsaicina, una sustancia que estimula los receptores del dolor y el calor en la boca y el estómago; algunas personas son intolerantes al mismo y experimentan ardor, irritación, inflamación o úlceras en la mucosa digestiva, por ello puede ser perjudicial en personas con enfermedades gastrointestinales como gastritis, colon irritable o reflujo. En estos casos pueden optar también por una versión menos picante o directamente no consumirlo.
La sal es otro de los ingredientes esenciales del kimchi, ya que ayuda a preservar las verduras y a favorecer la fermentación. Sin embargo, un consumo excesivo de sal puede ocasionarnos una subida de la presión arterial, retención de líquidos o dañarnos los riñones. Un truco es lavarlo con agua para reducir el contenido de sal o elegir una versión baja en sodio. Tenemos que asegurarnos de que ninguno de los ingredientes nos da alergia, dependerá de la receta o de la región donde lo hayan preparado.
Además, el kimchi, al contener probióticos, puede interactuar con algunos medicamentos y alterar su efecto o causarnos efectos secundarios, sobre todo puede interferir en antibióticos, anticoagulantes, inmunosupresores o antidiabéticos. Consúmelo cuando no los tomes, a no ser que sea un tratamiento crónico, que ahí debemos consultar con nuestro médico.
El kimchi es muy versátil se puede comer solo o cocinarlo con casi cualquier cosa, desde albóndigas de kimchi a fideos udon con kimchi. ¿Conocías el kimchi?