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Rusia ratifica el tratado de desarme START que mantiene la paridad nuclear con EEUU

El tratado ya fue aprobado en diciembre pasado por el Senado de Estados Unidos.

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La Duma o cámara de diputados de Rusia ratificó este martes el nuevo tratado de desarme nuclear START, ya aprobado en diciembre pasado por el Senado de Estados Unidos y destinado a mantener la paridad estratégica entre ambas superpotencias.

"El acuerdo ruso-estadounidense para la reducción y limitación de los arsenales ofensivos es un gran paso para fortalecer la estabilidad estratégica y la seguridad en el mundo", señala la resolución aprobada por la cámara baja del Parlamento ruso.

Los diputados aprobaron en tercera lectura un documento que obliga a reducir en un 30 por ciento el número de cargas nucleares, hasta 1.550 por país, y limita a 800 el de vectores estratégicos, como misiles intercontinentales, submarinos y bombarderos.

El nuevo START recibió el respaldo de 350 diputados del partido del Kremlin, Rusia Unida, y de la también formación oficialista Rusia Justa; mientras que los 96 parlamentarios comunistas y ultranacionalistas votaron en contra.

Los comunistas, que consideran que el nuevo START amenaza la seguridad nacional, intentaron aplazar la votación debido al sangriento atentado terrorista ocurrido el lunes en el aeropuerto de Domodédovo, el mayor del país, pero el resto de los diputados cámara se negó a hacerlo.

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, había instado a la Duma a ratificar con urgencia el tratado después de que su colega norteamericano, Barack Obama, al que calificó de "un hombre que cumple con sus promesas", lograra su aprobación en el Senado, pese a la resistencia inicial de los republicanos.

La Duma, que aprobó el tratado en primera lectura en diciembre y en segunda a mediados de enero, decidió emitir una resolución especial en respuesta a las polémicas cláusulas introducidas por los senadores estadounidenses en su proyecto de ratificación.

El documento subraya la vinculación jurídica entre armamentos ofensivos -misiles intercontinentales- y defensivos -sistemas antimisiles-, y la importancia de que éstos últimos no minen la capacidad y eficacia del potencial ofensivo de la otra parte.

Y advierten que el despliegue cerca de las fronteras rusas de elementos estratégicos del escudo de EEUU o de otros países sería motivo para que Rusia abandonara el tratado, ya que supondría "una amenaza para la seguridad nacional".

El despliegue unilateral por parte de EEUU de escudos antimisiles globales "puede destruir el sistema de estabilidad estratégica forjado durante varias décadas", apuntaron.

Al respecto, los senadores estadounidenses aseguraron en diciembre que el nuevo START no limita la expansión de su escudo antimisiles y que el propio Obama les había prometido que proseguiría su desarrollo en Europa.

Medvédev instó ayer a la OTAN a dar una "respuesta directa e inequívoca" a la oferta rusa de cooperar en materia antimisiles frente a las amenazas comunes, ya que de lo contrario podría desatarse una nueva carrera armamentista.

Por otra parte, los diputados rusos subrayaron la importancia de que Moscú pueda seguir ensayando, fabricando y desplegando nuevos tipos de armas ofensivas capaces de superar los escudos de defensa antimisiles actuales o futuros.

Además, resaltan que el tratado afecta a todas las clases de armas estratégicas ofensivas de largo alcance, es decir, no sólo a las nucleares, como apuntaron los senadores estadounidenses.

Se recuerda que Rusia no suministrará información telemétrica a EEUU sobre los lanzamientos de los nuevos tipos de misiles intercontinentales, tanto desde emplazamiento terrestre como desde submarinos.

Además, los diputados instaron a EEUU a retirar sus armas nucleares no estratégicas del territorio de otros países, interrumpir su suministro a otras potencias y desmantelar la infraestructura que permite el emplazamiento de dicho armamento fuera de sus fronteras.

El tratado, que sigue la regla tácita de la Guerra Fría -reducción equitativa para mantener la paridad nuclear-, no afectará al misil balístico ruso Bulavá, que es capaz de burlar cualquier escudo antimisiles y que será producido en serie a finales de este año o en 2012.

Al firmar el tratado de reducción de arsenales estratégicos en abril pasado en Praga, Rusia y EEUU se pusieron de acuerdo en sincronizar su ratificación parlamentaria para evitar lo que ocurría durante la Guerra Fría, cuando los documentos nunca eran aprobados por ambas potencias.

El tratado, que sustituye al START suscrito en julio de 1991, cuando la Unión Soviética aún estaba en pie, tiene una vigencia de diez años, pero puede ser prolongado de mutuo acuerdo por un máximo de cinco años.

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