Los autobuses urbanos han perdido más de la mitad de usuarios en los últimos 25 años, habiendo pasado de los 9,5 millones de viajeros de 1998 -la mejor cifra de la serie histórica- a los 4,3 millones del pasado ejercicio, según los datos divulgados por el propio Ayuntamiento en su reciente informe sobre el coste efectivo de sus servicios.
A modo de consuelo puede apuntarse que ese mismo documento constata que en 2023 se ganaron 974.427 usuarios con respecto al ejercicio anterior, lo que supuso un incremento del 25,51 por ciento.
El histórico pone sin embargo de manifiesto que el servicio está incluso lejos de recuperar los niveles a los que había llegado en 2019, justo antes de la pandemia, cuando se alcanzó la cifra de 5.650.050 pasajeros.
En concreto, para llegar a esos números es necesario rescatar a otros 1.347.916 usuarios, que en estos últimos años han debido encontrar otras alternativas de movilidad. Por tanto, el último dato conocido se encuentra todavía un 23,85 por ciento por debajo del anterior a la pandemia.
Los sucesivos informes sobre el coste efectivo de los servicios municipales acreditan que entre 2016 y 2019 se produjo un incremento del número de usuarios de los autobuses urbanos, pasando de 5.092.766 a los ya apuntados 5.650.050. Todos los ejercicios cerraron además en positivo.
El año 2020 supuso un punto de inflexión, justificado en las restricciones a la movilidad y al cese de numerosas actividades, atendiendo este servicio a apenas 2.948.574 personas.
A partir de ahí se han ido produciendo nuevos incrementos en la cifra de usuarios, pero sin igualar todavía los datos previos a la pandemia.
En cualquier caso –y este apunte se antoja fundamental- los 4.302.134 viajeros del ejercicio 2023 no representan siquiera la mitad de los contabilizados en 1998 –un cuarto de siglo antes- cuando el ejercicio se alcanzó el récord histórico de los 9,5 millones.
Parece por tanto evidente que más allá del efecto motivado por la crisis asociada al Covid-19, el servicio municipal de autobuses urbanos está muy lejos de alcanzar la importancia que tuvo a finales del siglo pasado, y todo ello a pesar de que la población ha pasado de 181.602 habitantes (1998) a 213.231 (2023).
El servicio de transporte urbano tuvo el año pasado un coste efectivo para las arcas municipales de 14,4 millones de euros, 880.746 euros más que el ejercicio anterior.