El derbi Algeciras-San Roque se salda con un 3-3 de infarto

El Mirador vibró ayer con un partido de locura y frenesí, que acabó llevando un disparatado empate a tres en el marcador que se dibujó con un desconcertante final de partido. Ventajas para uno y otro equipo, expulsiones y muchos goles para un reparto de puntos final en el primer derbi campogibraltareño de la historia de los dos equipos en Tercera División.

El encuentro fue vistoso y vivo desde el principio, con ocasiones de uno y otro bando, si bien eran los locales los que se plantaban con más agresividad ante la escuadra de Félix. Fue así como llegó el primer tanto, logrado por el Algeciras tras una buena jugada de Alvi, que culminó en un barullo en el área rival, del cual se aprovechó en un rechace Iván, anotando el 1-0, con el que se llegó al descanso.

Sin embargo, el pundonor del conjunto de José Mari Pajares se vio recompensado tras el descanso, con una jugado de Ismael que fue derribado en el área por Berlanga, que vio la segunda amarilla, y que supuso el empate, con gol de penalti de Iván Peña.

Los de Yiyi, con uno menos, se vieron obligados a jugar más centrados en el centro del campo, con la sustitución de Alexis por Dani Venegas. Sin embargo, claramente debilitado el Algeciras, el San Roque supuso atestar un duro golpe en el minuto 64, con una certera internada por la izquierda que aprovechó Ismael para desequilibrar.

El partido, sin embargo, no quedó sentenciado, y el duelo se mantuvo en todo momento hasta que, en el minuto 86, Javi Chico transforma un penalti realizado sobre Alvi que costó la expulsión a Nico Bezares.

El Algeciras con nueve (Willy había sido expulsado minutos antes) y el San Roque con diez parecían haber dejado
en tablas el duelo. Sin embargo, en el último minuto, Luis Arenas transforma en gol un córner con un remate de cabeza.

La grada no daba crédito. El aliento se cortó en El Mirador. Pero el partido, de auténtica locura, sirvió la última sorpresa en el 93, cuando Alvi aprovecha un error de la defensa visitante, y materializa el definitivo 3-3. De verdadero infarto.