Las guitarristas Antonia Jiménez y Marta Robles reivindican en su espectáculo "Dos mujeres tocaoras", incluido en el ciclo "Flamenco Viene del Sur", el papel de la mujer en "un mundo machista" en el que tradicionalmente son los hombres los que logran afianzarse con este instrumento.
Nunca habían trabajado juntas, pero la complicidad al preparar este trabajo fue instantánea y el esfuerzo de meses se mostrará hoy en un espectáculo "sin precedentes", un trabajo que describen a Efe como "interesante, y personal", como una "grata sorpresa" y una oportunidad de mostrar sus creaciones.
Ambas interpretarán hoy en el Teatro Central de Sevilla sus piezas más personales, logrando la fusión del flamenco con la guitarra clásica e, incluso, el jazz, en un espectáculo dividido en tres partes: una primera de guitarra clásica, una segunda de guitarra flamenca y una última en el que se mezclarán ambos estilos, con la compañía del percusionista Kike Terrón.
Las guitarristas son dos conocidas artistas que provienen del sur: Antonia Jiménez, nacida en el Puerto de Santa María (Cádiz), recorre ahora por Madrid los tablaos y las salas más relevantes de la capital; y Marta Robles, guitarrista clásica, forma parte del cuarteto Las Migas y ha recibido varios premios por su talento, según destaca la presentación del programa.
Consolidadas en el mundo musical español, han vivido experiencias muy similares para poder vivir de su arte: Antonia Jiménez comenzó a estudiar flamenco con 14 años, aprendió a tocar como tradicionalmente se ha hecho, "de oído", y llegó a aprender de la mano de maestros como Enrique Vargas y Manolo Sanlúcar.
Marta Robles con 9 años ya tenía una guitarra entre sus manos, estudió en el Conservatorio Superior de Música de Sevilla, Manuel Castillo, en el Master Solist Degree en Guitarra Flamenca en el Sweelinck Conservatorium de Amsterdam y recibió una titulación en Guitarra Flamenca en la Escola Superior de Música de Catalunya, de Barcelona.
"Acceder a este mundo es muy difícil para la mujer", ha señalado a Efe Antonia Jiménez, que tuvo que luchar durante años para hacerse un hueco en el mundo del flamenco y que estuvo a punto de tirar la toalla: "El flamenco se suele interpretar como un mundo muy tradicional, muy de hombres, muy machista".
La artista viaja con distintas compañías por todo el mundo acompañando al baile y cante flamenco, muy valorado en el exterior, pero que dificulta el acceso de la mujeres "tocaoras".
Por otro lado, Marta Robles se ha formado en un plano más académico, en el que se ha dedicado a tocar la guitarra pero donde aun se mira a las mujeres guitarristas con "poca confianza": "parece que tenemos que demostrar que sabemos tocar", ha dicho.
Aun esperan poder acceder a las grandes convenciones como la Bienal de Flamenco de Sevilla, a las que es difícil acceder porque "apuestan por figuras afianzadas que aseguran que van a atraer al público", como dice Marta Robles, pero que, recalca, "aun tienen la oportunidad de darle un cambio de aires a estos certámenes y abrirlo a nuevos mundos y a las mujeres guitarristas".