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Andalucía

La Junta da vía libre a un Presupuesto con inversión, empleo... y regla de gasto propia

El Consejo de Gobierno envía al Parlamento unas cuentas públicas que superan los 31.000 millones y prevén la creación, por primera vez tras la crisis, de hasta 190.000 puestos de trabajo. Se apuntala la política social y se contemplan las rebajas de impuestos exigidas por Ciudadanos.

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El Presupuesto de Andalucía para 2016, el de la recuperación de “las oportunidades y la confianza” en palabras de la consejera de Hacienda, recibió ayer el visto bueno del Consejo de Gobierno y va camino ya del Parlamento. El acuerdo rubricado el martes entre PSOE y Ciudadanos ha permitido alumbrar unas cuentas públicas que se desglosan en 31.285 millones y superan en un 5,6% el montante del ejercicio actual. De la catarata de cifras aportada ayer se desprenden varias conclusiones: se recobra el empuje inversor, se refuerzan las partidas de política social y se lanza un mensaje optimista en el capítulo laboral con la previsión de creación de hasta 190.000 puestos de trabajo, toda una novedad tras años de duros ajustes.

El anteproyecto confirma también que la Junta ha hecho oídos sordos a las imposiciones de Madrid y rige parte de sus cuentas por una metodología propia en la ya famosa y polémica regla de gasto. Montoro advirtió que de los 1.712 millones que Rajoy anunció como financiación adicional ­- “a bombo y platillo”, según Montero- sólo podrían destinarse realmente a inversiones poco más de 500. La Junta envió su réplica al Gobierno central y, al no obtener respuesta, ha hecho sus propios cálculos: descuenta los 265 millones obligados a devolver de las cantidades entregadas a cuenta y también los 571 con los que reducirá el déficit. El resultado, 875 millones que completará con recursos propios para llegar así a  1.008 millones en gastos no financieros. Se confía además en que no haya recurso desde Moncloa contra esa decisión unilateral.

Con una previsión de crecimiento del PIB del 2,6 por ciento, la Administración autonómica cree haber dado con la tecla para bajar impuestos (128 millones entre IRPF tras la imposición de C’s e Hidrocarburos) y “fortalecer el Estado del Bienestar”. En este último capítulo, casi 84 de cada 100 euros del Presupuesto van a política social. Las partidas de Salud, por ejemplo, crecen casi al 5%, y Educación por encima del 4%, con aumentos de plantillas en ambos casos.

Superada la crisis, la inversión avanza un 9,5% y suma 3.523 millones, mientras que las políticas de empleo crecerán otro 25% y habrá también un espaldarazo a los programas empresariales. La Junta confía en el tirón de la nueva economía en conjunción con sectores tradicionales. La deuda, eso sí, crece un 13,4% para costear la rebaja de impuestos y el combate del déficit que impone Madrid.

Todas las consejerías ganan presupuesto salvo Agricultura, con una reducción del 1,8% por los recortes de fondos europeos. La de Empleo crece un 30% que es engañoso: incluye 100 millones con los que indemnizar o reincorporar, por sentencia, a los orientadores laborales. Montero protestó también ayer de nuevo contra el modelo de financiación autonómica que dicta Madrid, que a su juicio “maltrata” a Andalucía al dejarla sin 4.156 millones desde 2009. Y todo ello, lamentó, tras reducir el déficit en 4.400 millones y un nivel de deuda menor a la media.

Díaz, "satisfecha" pero sin C's en el Gobierno

De la mano pero cada uno por su lado. Algo parecido auguró ayer la presidenta de la Junta, Susana Díaz, para dibujar la relación que el PSOE mantiene con Ciudadanos y que se ha materializado en el apoyo de la formación de Marín a los Presupuestos. La jefa del Ejecutivo regional, que acompañó a José Luis Rodríguez Zapatero durante una conferencia en Sevilla, no disimuló su “satisfacción” por un pacto que “marca de nuevo un camino” para España al recortar impuestos y “blindar” las prestaciones públicas. Eso sí, las “esferas coincidentes” que los socialistas ven desde hace semanas en C’s no se traducirán en una entrada en el Gobierno. "No contemplo eso”, sentenció Díaz. En la misma línea se mostró ayer el presidente de C’s. De visita en Sevilla, Albert Rivera descartó sentarse en el Ejecutivo con los socialistas porque su formación no ha pedido “una silla, sino cambios”.

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