La Escuela de Náutica cumple un año varada tras su clausura

El Centro cerró sus puertas el 30 de mayo del pasado año

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  • El centro se encuentra cerrado a cal y canto y abandonado. -
  • El personal laboral se encuentra reubicado provisionalmente conservando la categoría
  • El director de la Escuela asegura que el cambio no ha supuesto una merma en la capacidad
El Centro Náutico cumplió ayer su primer año clausurado. Hace 365 días que este edificio con forma de barco y situado en un entorno privilegiado concluyó su singladura, con la esperanza de que pueda arrancar otra a medio-largo plazo. El 30 de mayo de 2008 se puso el punto y final al lugar que por muchos años, más de 30, había sido uno de los institutos politécnicos más prestigiosos de España, donde se realizaba la labor de formación en el sector pesquero extractivo y del cabotaje, incorporándose posteriormente el buceo profesional y la impartición de titulaciones menores en el litoral. Ese día los trabajadores del centro se despedían de su segunda casa y de los compañeros de toda la vida. 

Un año después, las cosas se ven de otra manera. El drama se ha suavizado y muchos están encantados con el cambio que han tenido en su vida. Los 25 laborales de la Escuela se encuentran actualmente recolocados de manera provisional por distintas delegaciones de la Junta de Andalucía: Delegación Provincial de Agricultura, Delegación Provincial de Innovación, guarderías públicas, Centros de Día, Museo Provincial, etc. Todos conservan la categoría que tenían hace un año, aunque algunos han mejorado en su calidad de vida. Tanto es así, que han preferido no prodigarse en los medios de comunicación por temor a que pudiera cambiar su situación. 

El personal administrativo y el profesorado continúan en la Escuela Náutica que ahora tiene su sede en el Instituto de Formación de Adultos, de la calle Batalla del Salado (Puntales). El director cambió hace unos meses. Pedro de Hoces fue sustituido por Carlos Esteban quien afirma que aunque el cambio no ha mermado la capacidad de la Escuela, “sí que es inevitable que la gente recuerde y eche de menos el otro edificio”. 

El de la Avenida Duque de Nájera era más grande, tenía más aulas, era el colegio de toda la vida, “pero ya se nos había quedado grande, y no porque la gente haya perdido el interés por los conocimientos que aquí se imparten, sino porque el Ifapa ha ido disponiendo de más puntos de formación repartidos por todo el litoral, lo que ha supuesto que el número de alumnos vaya descendiendo paulatinamente desde hace muchos años atrás, no ha sido una cosa de este año”, apunta Esteban. 

Aún no saben si la nueva Escuela se trasladará a San Fernando tal y como estaba previsto, qué pasará definitivamente con el personal laboral, o qué se hará con el antiguo edificio. 

Hasta ahora sólo se sabe que el inmueble de la Caleta pasa las horas esperando dueño sólo y totalmente abandonado.

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