El jubilado austríaco Josef Fritzl, conocido como el Carcelero de Amstetten por haber encerrado y violado a su propia hija durante casi un cuarto de siglo, será acusado de asesinato de uno de los siete hijos-nietos nacidos en el calabozo de su casa.
Según la acusación de la Fiscalía de Sankt Pölten, en el estado federado de Baja Austria, el técnico electricista de 73 años se enfrenta a una cadena perpetua si es considerado culpable de haber causado deliberadamente en 1996 la muerte de uno de los niños nacidos como fruto de las continuas violaciones.
Además, la acusación ha incluido los cargos de esclavitud, violación, reclusión, coacción e incesto, y así las cosas, parece garantizado que Fritzl pase el resto de sus días en la cárcel.
Según el sistema legal austríaco, las penas de diferentes delitos cometidos no se acumulan, y la sentencia final se basará en el hecho de mayor gravedad, en este caso, el de asesinato.
Además de exigir la pena pertinente por la gravedad de los delitos cometidos, la Fiscalía ha solicitado el ingreso de Fritzl en un centro psiquiátrico de reclusión de delincuentes anormales.
El mes pasado, un informe psiquiátrico definió al acusado, que permanece encarcelado desde abril pasado, como “lúcido” para enfrentarse a un juicio con jurado, aunque considera que Fritzl sufre una degeneración psíquica y emocional grave.
El juicio en este espectacular caso, que conmocionó al mundo tras salir a la luz en abril pasado, se celebrará probablemente en marzo del año próximo.
Según la Fiscalía, el acusado, “pese a tener conocimiento de la situación de peligro para la vida del bebé, omitió premeditadamente disponer la necesaria ayuda de terceros”.
Esta acusación se basa en un informe pericial que concluyó que el niño, gemelo de otro, habría sobrevivido si hubiera recibido la atención médica pertinente en ese momento.
El peritaje se basó en las declaraciones de la hija de Fritzl y madre del niño, Elisabeth, de hoy 42 años, que aseguró que nada más nacer el bebé, se percató de que “algo no iba bien”.
La mujer aseguró que su padre, y a la vez padre de la criatura, no reaccionó ante los evidentes problemas de salud del pequeño, que apenas 72 horas después del parto falleció y fue incinerado en la caldera de la casa por Fritzl.
La versión del Carcelero de Amstetten es que él no asistió al parto, que no visitó a su hija en el sótano inmediatamente tras el nacimiento y que no se enteró de que habían nacido gemelos hasta que el niño ya estaba muerto y su hija le entregó el cadáver.
Además, el pliego de cargos incluye el de esclavitud, al indicar que Elisabeth, estuvo sometida a un “estado similar a la esclavitud” entre el 29 de agosto de 1984 y el 26 de abril de 2008, cuando fue liberada.