Patadón y tente tieso. Era el estilo de juego de Javier Clemente que cuajó la mejor historia del Atletic de Bilbao aunque en la Selección Española siguiera quedándose en cuartos. En San Fernando y en lo que respecta a Bahía Sur, las propuestas al equipo de gobierno van por el mismo camino.
Si no hay manera de hacer que el centro comercial Bahía Sur afronte el futuro con garantías ante otras grandes superficies comerciales, tirar por el camino más corto, la especulación del suelo a través de las grandes empresas dedicadas al alquiler de equipamientos.
Obviamente con una concesión demanial no se pueden hacer negocios, sobre todo cuando estas empresas como Castellana Properties pueden vender parte de su capital. De ahí que sea necesaria la compra del suelo y eso es lo que se está estudiando desde el Ayuntamiento, que además de pedir todos los informes legales y urbanísticos posibles debería tener en cuenta si es moralmente aceptable vender un patrimonio municipal a una Socimi.
Efectivamente. Ese es el tipo de empresa que ha comprado El Corte Inglés de Bahía Sur, donde trabajan todavía unos 200 empleados. Ya hay menos al no poder aceptar las condiciones de la movilidad.
Las Sociedades Cotizadas de Inversión en Mercados Inmobiliarios (Socimi) fueron creadas en el año 2007 con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) y luego mejoradas sus condiciones operativas con el gobierno de Mariano Rajoy (PP) dos años después. Si les faltaba algo para poder operar con mayor seguridad, en 2012 Luis de Guindos (PP) le pone la guinda al pastel permitiendo el endeudamiento por encima del 70 por ciento de su capital.
¿Cómo operan? Compran inmuebles de oficinas o de retail y mejoran sus condiciones, por lo que realizan una inversión considerable. Eso, obviamente, es bueno por la calidad que proporcionan a esos locales y las ventajas para los arrendatarios de alto estanding.
El problema es que poco a poco van copando zonas en las ciudades y terminan creando una burbuja de alquileres, lo que a la postre deja fuera de esos centros comerciales a todo el que no sea una firma de las que cotizan alto. Esto es, sólo para ricos. Y las burbujas ya se saben como terminan: explotando. Aunque ya la Socimi se habrá marchado.
Su proliferación en España es la consecuencia, pues, del suculento negocio que obtienen de la compra, promoción y rehabilitación de pisos e inmuebles para su posterior arrendamiento a precios superiores a los que tenían antes.
En las Socimi, además de los grandes fondos de inversión -en el caso de Castellana Properties controlada por el fondo sudafricano Vukile- entran las grandes fortunas de España y de otros países, los dineros de gente notable del mundo del fútbol o la política y en general inversores del negocio del alquiler que obtienen buenos dividendos, pocos requisitos, muchas ventajas fiscales, opacidad y un gran flujo monetario a paraísos fiscales.
El aumento de este tipo de sociedades en España es notable y mientras en 2017 había 40 en funcionamiento, en 2019 existe 72. Y es que las SOCIMI, como fueron las Sociedades de Inversión de Capital Variable (SICAV), son paraísos fiscales sin salir de España y refugio para sus accionistas. España es al día de hoy el país del mundo con más SOCIMI operando.
Castellana Properties no es la Socimi más grande de España. Podría catalogarse entre las medianas pero su consejero delegado, Alfonso Brunet, en declaraciones recientes a
Cinco Días en mayo pasado, el objetivo es crecer, aunque aclaraba que “Castellana Properties no quiere ser la socimi más grande de España, sino la más rentable”.
El directivo reconocía a
Cinco Días que actualmente estudian un pipeline de centros comerciales en venta por valor de 2.500 millones de euros, aunque sin compromiso de inversión.
Castellana Properties cerró su ejercicio en el mes de marzo con 916 millones de euros en 17 activo que suman un total de 317.100 metros cuadrados. En 2018 Castellana adquirió cinco centros por 576 millones.
De cómo actúan si se dan las condiciones tenemos una muestra en El Corte Inglés de Bahía Sur. El espacio que va desde la fachada principal de la marca española hasta el corredor principal del centro comercial era de El Corte Inglés, pero el resto eran los suelos donde estuvo la bolera de Bahía Sur y los cines Cinesa. Esos eran alquilados. Al comprarlos Castellana Properties subió el precio del alquiler.
Es verdad que El Corte Inglés está desde hace años dentro de un proceso de venta de activos para reducir su deuda y las tiendas de Bahía Sur ya no son las únicas ni siquiera en la Bahía de Cádiz. Si se sube el alquiler de casi dos terceras partes del suelo que todavía ocupa, las operaciones se aceleran.
Está claro que Castellana Properties ha llegado a San Fernando para quedarse y motivos tiene. Está en marcha un proceso de estudio para la enajenación del suelo de Bahía Sur -en vez de simplemente ampliar la concesión a las empresas- y la ampliación de la zona comercial.
Dicho de otra forma, hay campo por recorrer. Patadón (en este caso, pelotazo) y tente tieso. Apuesta por el capitalismo de coraza dura, no por ese que le pagaba más a los obreros que fabricaban lavadoras para que los obreros pagaran las lavadoras. Lo que fue el capitalismo de siempre antes de la globalización.